Dos expertos en derechos humanos de Naciones Unidas, George Katrougalos y Ben Saul, expresaron este jueves una fuerte preocupación por el aumento de acciones militares y medidas coercitivas de Estados Unidos contra Venezuela. Las advertencias coinciden con el avance en el Congreso estadounidense de iniciativas para limitar las facultades del gobierno de Donald Trump en materia de intervenciones militares.
Los especialistas recordaron que, según el Convenio de Aviación Civil Internacional de 1944, los Estados tienen soberanía plena sobre su espacio aéreo. Por ello, calificaron como una “violación flagrante del derecho internacional” las afirmaciones del presidente estadounidense, quien sostuvo que el espacio aéreo venezolano debía considerarse “cerrado en su totalidad”. Caracas rechazó la declaración “con absoluta contundencia”.
Katrougalos y Saul también denunciaron como “ejecuciones extrajudiciales” los 21 ataques realizados por el Pentágono en los últimos tres meses contra embarcaciones a las que calificó como “narcolanchas”, con un saldo de 83 personas muertas. Exigieron que los responsables sean investigados y procesados por homicidio.
Escalada militar y tensiones regionales
La situación generó repercusiones inmediatas. Copa Airlines y al menos otras seis aerolíneas suspendieron sus vuelos a Caracas tras advertencias de la Administración Federal de Aviación (FAA), que describió el espacio aéreo venezolano como “potencialmente peligroso”. No obstante, el gobierno venezolano cuestionó ese diagnóstico señalando que el 27 de noviembre un vuelo proveniente de Estados Unidos aterrizó sin incidentes.
En paralelo, la instalación de un radar de largo alcance en Trinidad y Tobago, apoyado por Washington, reavivó el debate regional. La oposición caribeña y especialistas en defensa alertaron sobre un posible movimiento hacia una presencia militar estadounidense más activa en la zona. El despliegue coincide con recientes ejercicios conjuntos entre ambos países y la llegada del buque USS Gravely.
El clima económico también comenzó a resentirse: operadores turísticos de Tobago reportaron caída de reservas, cancelaciones y mayor incertidumbre en plena temporada alta.
Reacciones en Venezuela
En medio del incremento de tensiones, Caracas recibió tres vuelos de repatriación de migrantes (dos desde México y uno desde Estados Unidos) en el marco del plan Vuelta a la Patria, que ya permitió el retorno de 18.354 personas este año.
El presidente Nicolás Maduro confirmó que mantuvo una conversación telefónica “cordial” con Trump, reconocida también por la Casa Blanca. Según Maduro, el diálogo podría abrir espacio para un acercamiento bilateral “respetuoso de Estado a Estado”, aunque las operaciones militares estadounidenses en el Caribe mantienen la controversia abierta. Tras la llamada, Trump defendió los ataques contra embarcaciones y no descartó extender las operaciones a tierra firme.
Debate en Washington
Dentro de Estados Unidos también crecen las resistencias. Un grupo bipartidista de senadores y representantes —entre ellos Tim Kaine, Chuck Schumer, Adam Schiff, Rand Paul, Jim McGovern y Joaquín Castro— impulsa nuevas resoluciones de Poderes de Guerra para bloquear acciones militares no autorizadas contra Venezuela. Los legisladores advirtieron que las operaciones navales y aéreas recientes ya constituyen un uso de la fuerza sin aval del Congreso. Incluso desde el oficialismo surgieron reparos: “Si estás matando sobrevivientes en el agua, podemos tener un problema”, dijo el senador republicano Mike Rounds.
Mientras tanto, el Departamento de Estado renovó su alerta máxima de viaje y exhortó a los ciudadanos estadounidenses a abandonar Venezuela “de inmediato”.
Los expertos de la ONU instaron a Washington a cesar acciones que agraven la crisis, respetar la Carta de la ONU, el Convenio de Chicago y el derecho internacional. “No debe repetirse la larga historia de intervenciones externas en América Latina”, advirtieron, subrayando la necesidad de resolver disputas por vías pacíficas para evitar un mayor deterioro de la estabilidad regional.
Hay que extirpar a la mafia anglosajona del continente latino y a sus súbditos cipayos domésticos.
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Tengo novio afroamericano que trafica en al frontera de Tijuana. Me visita seguido para hacerme feliz, por eso defiendo a mi amo Trump y al amarronado mestizo Rubio.