México tiene este domingo una cita con las urnas: más de 92 millones de personas están llamadas a votar para respaldar o revocar el mandatario del presidente, Andrés Manuel López Obrador, en un proceso que se ha visto precedido por meses de polémicas y disputas.
Se trata de un ejercicio inédito en el país que sigue generando dudas, especialmente en caso de que López Obrador se lleve un batacazo. No obstante, todo apunta a que el presidente, que goza de un alto nivel de aceptación, ha logrado resistir al desgaste y obtendrá la validación que le permitirá permanecer en el cargo hasta 2024.
Son muchos los que ya han puntualizado que en caso de perder la consulta, será Sergio Gutiérrez Luna quien ocupe el cargo de forma provisional, tal y como establece la Constitución mexicana, que señala que en caso de revocación deberá ser el presidente de la Cámara de Diputados quien dé un paso al frente. Pasados treinta días, será el propio Congreso el que nombre a un sucesor que finalice el mandato.
Así, el artículo 60 de la Ley Federal de Revocación de Mandato sostiene que López Obrador dejaría de ser el presidente de México desde que el Tribunal Electoral emita su declaración, siempre y cuando la población opte por la vía de la revocación.
Para ello deben participar en el proceso, que ha contado con el apoyo de las autoridades, al menos un 40 por ciento de las personas registradas en el censo electoral. La oposición, por su parte, se ha mostrado contraria a sacar la consulta adelante por considerar que viola las leyes electorales, y sigue recalcado que se trata de la «manipulación de un instrumento creado para destituir a dirigentes corruptos».
El propio presidente ha impulsado la medida, que le permitiría demostrar su carisma y popularidad, incluso cuando el Instituto Nacional Electoral (INE) se mostraba contrario. Asimismo ha aludido en varias ocasiones a problemas presupuestarios para bloquear su celebración y ha insistido en que es el pueblo «quien pone y quien quita». «Me voy a someter a la revocación y el pueblo va a decidir si quiere que continúe o que renuncie», subraya.
Además, dice que escribirá ‘Viva Emiliano Zapata’ en su papeleta, en recuerdo del aniversario de la muerte del revolucionario mexicano. «No puedo votar por una cosa ni por la otra. Pero sí tengo que ir a votar. Un demócrata tiene que participar siempre, cuando se trata de tomar decisiones», explica.
Es por ello que considera que se trata de una cita fundamental para los mexicanos, que podrán participar en un ejercicio democrático sobre el futuro del país. «¿Por qué es importante esto? Para que el pueblo siempre, repito, tenga en sus manos el poder y que nadie se sienta absoluto en ningún nivel de la escala», insiste.