Machado avala acciones militares de EE. UU. y profundiza su retórica injerencista sobre Venezuela

Desde Oslo, la opositora justificó la ofensiva de Trump en el Caribe, defendió bloquear los ingresos del país y evitó condenar una eventual intervención armada.

María Corina Machado reapareció este jueves en Oslo en su primera conferencia pública tras la entrega del Premio Nobel de la Paz, ceremonia a la que no asistió y cuyo reconocimiento fue recibido por su hija. Lejos de un tono conciliador, la dirigente opositora respaldó con firmeza la ofensiva militar de Estados Unidos en el Caribe y reivindicó medidas que afectan directamente la soberanía venezolana.

En sus declaraciones, Machado sostuvo que Venezuela se encuentra “ocupada” por actores extranjeros aliados del gobierno de Nicolás Maduro (como Rusia, Irán, Cuba o grupos armados) y utilizó ese argumento para no pronunciarse contra una eventual intervención militar estadounidense. “Cada país tiene derecho a la defensa”, afirmó, en referencia a las acciones ordenadas por Donald Trump, incluida la captura de un buque petrolero frente a las costas venezolanas.

La opositora defendió además el bloqueo total de los ingresos económicos del país, una medida que incluso sectores internacionales consideran de grave impacto humanitario. “Quien nos ha dedicado la guerra ha sido el régimen de Maduro”, justificó, profundizando una línea discursiva que normaliza la escalada militar y las sanciones como mecanismos legítimos de presión política.

Machado confirmó que ha trabajado “de manera ardua” con el gobierno norteamericano, aunque negó participación directa en las operaciones militares. Aun así, reconoció el protagonismo de Trump en el deterioro del chavismo: “Sus acciones han sido decisivas para llegar a donde estamos”. La afirmación implica, de hecho, un aval explícito a la injerencia estadounidense en asuntos internos de Venezuela.

Programando el regreso

La dirigente aseguró que regresará al país “en el momento adecuado” para entregar el Nobel al pueblo venezolano, aunque evitó precisar plazos y admitió que deberá volver a la clandestinidad. En un tono emocional, dijo que el reencuentro con sus hijos fue “uno de los momentos más espirituales” de su vida.

La presentación en Oslo fue su primera aparición pública desde enero. Pese al reconocimiento internacional asociado a un galardón pacífico, sus declaraciones ratificaron una estrategia centrada en presionar desde el exterior, habilitar acciones militares extranjeras y desestimar cualquier salida política sin una caída abrupta del gobierno de Maduro.

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