Manini Ríos recordó en el Senado el Estado de Guerra Interno y Andrade le respondió

En el marco de los 50 años de la declaración de estado de guerra interna votada en el Parlamento Nacional en 1972, el senador Guido Manini Ríos hizo uso de la palabra.

El legislador de Cabildo Abierto dijo que sus declaraciones no buscaban acusar a nadie medio siglo después, ni culpas ni absolverá ninguna persona, organización o partido, y que tampoco buscaba dividir a los uruguayos. Además, dijo que por su significado histórico, busca que no quede desapercibido. 

“Dos hechos históricos, relevantes, separados entre sí, separados por un siglo, que entiendo deben ser visto en su conjunto para extraer su real dimensión histórica. El próximo 15 de abril se cumplen 50 años del día en que la Asamblea General votara que el país estaba en estado de guerra interno. Mucho se ha hablado de la llamada historia reciente, a la que prácticamente se circunscribe a partir de la disolución de las cámaras de 1973 y a los excesos cometidos por la dictadura desde ese entonces y prácticamente se ha hecho silencio sobre lo ocurrido en los años previos”, indicó.

“Sin dudas, para tener una idea clara de este pasado, para nosotros no tan reciente, es necesario ver los hechos ocurridos en su conjunto, es necesario conocer el proceso que llevó a la ruptura institucional. Antes que nada, es necesario tener la honestidad intelectual de aceptar los hechos como ocurrieron, sin pretender darle un sesgo para favorecer políticas del presente. La historia debe basarse en los hechos reales y no en relatos funcionales, a organizaciones y partidos que actúan medio siglo después, y sobre todo la historia no puede escribirse a pedido de quienes buscando eternizar la fractura hacen correr generosamente los recursos para mantener encendido el fuego que ardió hace medio siglo”, dijo.

“En 1967, la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), conformada por representantes de distintos grupos armados del continente y partidos autodefinidos como revolucionarios, y donde la delegación uruguaya contó con representantes de nuestros partidos comunista y socialista, reunida en La Habana, declara la validez de la vida armada para acceder al poder y las organizaciones armadas uruguayas reciben entonces el espaldarazo internacional para continuar sus acciones. Centenares de jóvenes uruguayos concurren a recibir cursos en Cuba, así como en la Unión Soviética información esta no solo divulgada por las autoridades democráticas de la época, sino también confirmadas por las propias organizaciones involucradas”, añadió.

“Realmente creemos que es necesario mirar hacia adelante como país y dejar atrás ese pasado de enfrentamiento y ese espíritu debe asentarse en el conocimiento de nuestra historia real, desprovista de las pasiones que se viven medio siglo después. Una mirada objetiva del pasado, que no oculten y tergiversen los hechos, que no transformen en héroes a quienes atentaron contra la democracia y que reconozca que dieron o arriesgaron sus vidas para defender a la sociedad de esa agresión”, reflexionó.

“La historia mutilada que se cuenta solamente para uso y provecho de ciertos grupos no debe hacernos olvidar que esta decisión de declarar un estado de guerra interno para dar el marco jurídico necesario para la defensa del país contra el ataque deliberado contra nuestras instituciones fue declarada por un Parlamento democrático elegido pocos meses antes en elecciones”, señaló.

Las palabras del legislador de Cabildo Abierto generaron la reacción de la bancada del Frente Amplio que planteó su visión sobre los hechos históricos.

En tal sentido, el senador del Partido Comunista, Oscar Andrade, respondió que el terrorismo de Estado fue una “carnicería humana”, y necesitó construir un discurso que lo legitimara, que fuera persuasivo.

Citó un editorial de Carlos Quijano en el semanario Marcha, bajo el título “Así empezó el fascismo”.

Quijano expresaba el pensamiento más consecuente de la izquierda no marxista ante la violenta ola anticomunista: “Hay una conspiración contra la libertad, una empresa sombría de destrucción de la razón y degradación del espíritu (…) El anticomunismo, como el antisemitismo, como el racismo responden a las mismas ocultas constantes. Los demagogos, todos los demagogos, lo saben o lo intuyen o lo sospechan. La lucha contra la igualdad esencial de los hombres, lleva aquí en nuestra América, los siglos todos que se extienden a partir de la conquista y en el mundo moderno abarca todo el período colonial. El anticomunismo cerril, obnubilado, es la forma moderna de la reacción contra todas las renovaciones, contra todo lo que rompe las categorías constituidas, los ritos impuestos, los moldes establecidos. Ese anticomunismo de hoy es el antianarquismo de ayer, el antirrepublicanismo de anteayer, el antidemocratismo de trasanteayer”.

Andrade recordó que tal editorial de Quijano fue escrito el 18 de agosto de 1961, el día después del asesinato del profesor de Historia Arbelio Ramírez.

Para reafirmar su postura contraria a Manini Ríos, el legislador comunista dijo que ya en octubre de 1960 bandas fascistas intentaron ocupar la Universidad de la República, en 1957 ya había mártires de la industria frigorífica y en 1955 asesinaban a María del Carmen Díaz en la huelga de Ferrosmalt.

Recordó que “en septiembre de 1962 incendiaron un local del Partido Comunista con la tragedia de que un bebe de cinco meses murió incendiado”.

Se refirió a otros asesinatos de militantes sociales en manifestaciones, a la violencia política que antecedió al proceso de aceleración de la suspensión de las libertades individuales a partir de la asunción de Jorge Pacheco Pacheco y continuada con las medidas prontas de seguridad.

Recordó la decena de dirigentes sindicales presos y los primeros estudiantes heridos, además de la muerte de Líber Arce, todo ello en 1968.

Andrade hizo mención a los escuadrones de la muerte y el apoyo institucional que recibieron del Estado. “Todo aquellos hechos antecedieron la circunstancia del estado de guerra interno y comenzó mucho antes que el asalto al Club del Tiro Suizo, por parte del MLN-T.

Cuestionó las declaraciones de Manini Ríos referidas a que en las elecciones de 1971 se eligió libremente “Teníamos el Ejército de Brasil en la frontera, se intentó asesinar a Líber Seregni y en Castillos se mató a un niño de un balazo en la frente. ¿Esas fueron las elecciones libres de 1971, y el pueblo eligiendo libremente en democracia?

También rechazó que se piense que las FF.AA comenzaron a participar en política por un editorial de El Popular, porque ello “es delirante”.

Acotó que el golpe de Estado del 27 de junio de 1973 “vino a cortar por la yugular un proceso de acumulación de fuerza del pueblo”.

“No se puede seguir insistiendo en el golpe de Estado como resultado de la guerra de una guerrilla que ya estaba liquidada un año antes, y confrontar los discursos que sustentaron la operación de carnicería humana que significó los 12 años más brutales del terrorismo del Estado.

Andrade dijo que no hay reconciliación posible entre el fascismo y la democracia.

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