“Mateína” y “9”. Varios filmes uruguayos en cartel.

El cine nacional sigue creciendo

Otra vez la cartelera local comienza a exhibir películas uruguayas en simultáneo. En esta ocasión se trata de dos temáticas bien arraigadas en la cultura popular del paisito: Mate y Fútbol. (Sin contar el documental “El filmador”, de Aldo Garay sobre registros audiovisuales del escritor José Pedro Díaz y su periplo por Europa junto a su esposa, Amanda Berenguer).

En primer lugar cabe destacar que el largometraje “Mateína” ya ha sido presentado a diversos festivales, siendo distinguida como Mejor Película y Mejor Actor en el Festival de Cinema da Fronteira, habiendo pasado, además, por el Festival Cineuropa, Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, Mostra Sao Paulo y por el Festival Internacional de Cinemateca. Un fime distópico que plantea la futura prohibición del mate en Uruguay, una ley seca que promueve el tráfico clandestino por el año 2045 y retrotrae imágenes que impresionan como escenas de un pasado reciente y opresivo. En tono de comedia, el largometraje -sin embargo- también muestra una faceta decadente de un Uruguay futuro donde la rebelión está a punto de dispararse y la desobediencia civil forma parte de ese proceso (aunque se la pueda distraer momentáneamente con algo que puede parecerse a la libertad. Una metáfora total). Dirigida por la dupla Peñagigaricano/Abdala, el filme tiene sus brillos en buena parte de los diálogos iniciales, donde los actores Federico Silveira y Diego Lucio generan más de una sonrisa en el espectador en medio de la absurdidad propuesta, aunque languidece a mitad de un transcurso al estilo “road movie” que -quizás- no logra redondear una obra que tenía mayor potencial en estado latente. De todas formas, “Mateína” ya forma parte de la historia cinematográfica del país por el aborde conceptual y una fotografía que cuida el manejo de cada toma con precisión de orfebre. Merece verse.

Por su parte, “9”, filme dirigido por otra dupla de los cineastas Martín Barrenechea y Nicolás Branca, muestra la faceta relativamente oculta sobre los pormenores del fútbol profesional y la explotación extrema de promesas jóvenes que exceden los límites de una cancha. La película fue exhibida en la Sección Oficial del 47° Festival de Huelva de Cine Latinoamericano y generó merecido reconocimiento por la radiografía de un mundo subterráneo que, muchas veces, sobrepasa la intimidad emocional de los jugadores. En este caso, el personaje principal es un tímido joven convertido en ídolo de multitudes regenteado dictatorialmente por su padre. Aislado en un contexto de lujo y sometido a un entrenamiento permanente, el muchacho ansía escapar de ese laberinto que lo asfixia mientras la presión de los medios y la hinchada no le permite tener una vida normal. Con precisión quirúrgica, la propuesta desnuda el acoso, la manipulación y la cuasi esclavitud que puede esconderse detrás del glamour y los millones que mueve el popular deporte. Es una película sobre fútbol casi sin fútbol, un retrato impiadoso sobre la zona oscura del balompié, los contratos multimillonarios y la idolatría de masas. Como si fuera poco, los actores Rafael Spregeburd (el padre tiránico) y Enzo Vocingric (el crack juvenil) se juegan el todo por el todo en su desempeño frente a cámaras. Un lujo. 

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