A los 99 años, falleció Mirta Acuña de Baravalle, una de las fundadoras de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y referente en la lucha por los derechos humanos en Argentina. Baravalle fue una de las 12 mujeres que, en plena dictadura militar, comenzó la incansable búsqueda de sus hijos e hijas desaparecidas, así como de sus nietos nacidos en cautiverio.
Su hija Ana María, de 20 años, fue detenida y desaparecida en 1976 mientras estaba embarazada de cinco meses, junto con su pareja, Julio César Galizzi. Desde entonces, Baravalle dedicó su vida a la búsqueda de su hija y de su nieto o nieta, quienes aún permanecen desaparecidos.
“Buscamos a nuestros nietos, sin olvidar a nuestros hijos”, repitió una y otra vez Baravalle, que comenzó el largo camino por la recuperación de la identidad de los niños secuestrados o nacidos en cautiverio.
“Yo siempre digo que mientras tenga fuerza, mientras mentalmente más o menos pueda seguir hilvanando y mientras físicamente el cuerpo me responda, yo seguiré en esta lucha de reclamo de justicia social y por los Derechos Humanos en la actualidad”, había declarado en una nota sobre su compromiso con la lucha y los derechos humanos.