Luego de que siete jugadores de Wanderers y Nacional, más Daniel Carreño (entrenador de los bohemios) declararan ante el fiscal de Flagrancia de 9° turno, Fernando Romano, por los incidentes ocurridos el 20 de marzo en el Parque Viera, el Club Nacional de Football emitió un comunicado por medio de sus redes sociales, en el cual explica que evitó pronunciarse sobre la situación hasta tanto el fiscal tomara declaración a los protagonistas.
Romano, que anunció desde el inicio del proceso que no pedirá formalizaciones por el caso, emplazó como indagados a cinco de los involucrados y logró avanzar en el diálogo con los clubes para que emitan un comunicado rechazando los hechos. En la investigación Romano coordina con la Unidad de Análisis en la Violencia en el Deporte, que aportó registros fílmicos o fotográficos del hecho, iniciado a raíz del festejo del segundo gol de Wanderers, anotado por Diego Hernández. El jugador corrió por delante de la tribuna ocupada por los hinchas de Nacional moviendo los dedos como si disparara un arma y posteriormente hizo un baile que incluye gestos obscenos dirigiéndose hacia la misma tribuna. El festejo provocó una serie de empujones y manotazos, por los que fueron expulsados tres jugadores.
Luego de la intervención de Fiscalía Nacional emitió un comunicado que consta de dos puntos. En el primero, la institución expresa que «entendió oportuno evitar pronunciamiento alguno hasta tanto Fiscalía no iniciara la etapa investigativa», sostiene la institución. Agrega que «cumplida esta instancia Nacional ratifica su absoluto compromiso para erradicar la violencia del fútbol».
Además, manifiesta que se «pone a entera disposición de las autoridades nacionales y deportivas como lo ha venido haciendo hasta ahora, para colaborar con aquellas acciones que están a su alcance para eliminar tan dramático flagelo social».
El juego entre albos y bohemios se llevó adelante en el Parque Viera y finalizó con tablas para los conjuntos. En tanto al momento de que el equipo de Carreño marcó el segundo gol del juego, los festejos por la anotación, desencadenaron las reacciones de algunos jugadores albos, finalizado con empujones e insultos. Los hechos fueron remitido a Fiscalía que solicitó la presencia de todos los implicados en esos sucesos.
La Fiscalía investiga el caso como un eventual delito de riña, previsto en el artículo 323 del Código Penal, con sanciones económicas de entre 20 y 600 unidades reajustables -entre 28.560 y 856.800 pesos- o pena de prisión.
