La comunicación global en las últimas décadas ha propiciado un significativo acercamiento entre el arte y la cultura de diferentes regiones del mundo. En este contexto, resulta cada vez más complicado definir un conjunto específico para el arte de América Latina, donde las influencias y corrientes estéticas se entrelazan de manera dinámica.
Los artistas Juan Cano y Pepe Viñoles, que llegaron a Suecia en su juventud, ejemplifican esta fusión de tradiciones y contemporaneidad. Mientras Viñoles ya contaba con formación artística en Uruguay, Cano es autodidacta. Su traslado a un nuevo contexto social y cultural marcó una ruptura con sus raíces, pero también reafirmó su identidad original y su deseo de explorar nuevas formas de expresión.
Ambos artistas han vivido y creado desde lo que la escritora española Lola Burgos Ballester describe como “una identidad fragmentada”, resultado del exilio. Sin embargo, comparten un compromiso constante con su trabajo y una pasión por el arte que no se ha visto debilitada por la distancia o el tiempo.
Son conscientes de las complejidades del exilio, donde a menudo deben lidiar con “la tristeza y el secreto orgullo de no ser reconocidos por lo que uno es, sino por lo que hay que explicar”. Esta dualidad se refleja en su obra, que invita a la reflexión sobre la identidad cultural y la experiencia del exilio.
La exposición de Cano y Viñoles se puede visitar en la Sala de Exposiciones del Espacio Nicolás Loureiro, ubicado en el entrepiso del Teatro. Los horarios son de lunes a viernes de 10 a 19 h, sábado de 18 a 21 h, y domingo de 17 a 19 h. Esta es una oportunidad única para apreciar su trabajo y el diálogo entre sus trayectorias artísticas.
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