Papa Francisco, a veces las palabras no alcanzan …..

El papa Francisco envió una nota de disculpas al presidente Luis Arce de Bolivia, manifestando compartir «la preocupación , indignación y repudio» por las aberraciones cometidas por el padre Alfonso Pedrajas, contra por lo menos 85 menores. La carta es una respuesta a la que recibiera del mandatario boliviano el 22 de mayo del año en curso. En esa misiva también expresó su preocupación por «la negligencia de quienes tendrían que haber vigilado». Y agrega que esos supuestos vigilantes debían haber sido «los ministros de la iglesia, que deben ser custodios y garantes del bien común»….

Este episodio hace referencia a las confesiones íntimas que formuló Alfonso Pedrajas en su diario personal de 383 páginas que cobró estado público gracias a que un sobrino suyo lo descubrió de manera fortuita y se lo entregó al diario El Pais de España por correo electrónico. Pero lo más notable de todo este bochornoso episodio, es que no solo confiesa haber violado por lo menos ochenta y cinco niños, sino que también revela que en el año de 1978 confesó su comportamiento aberrante a su instructor, el padre José Arroyo, quien lo encubrió. Y lo mismo aconteció con siete superiores provinciales y una decena de clérigos bolivianos y españoles. Los abusos se cometieron mayoritariamente en la ciudad de Cochabamba y los niños sometidos a las prácticas aberrantes de este cura, eran de origen humilde, hijos de mineros y de campesinos.

El papa Francisco es un hombre que ha demostrado un genuino compromiso con los humildes a partir de claras críticas a la creciente deshumanización que impone el consumismo desmedido, ha asumido una fuerte defensa de los desplazados que debido a conflictos y hambrunas escapan de sus lugares de origen y son objeto de maltratos y rechazo por el neonacionalismo que convierte dicho repudio al inmigrante en bandera política, ha condenado la guerra y aboga activamente por la paz y la sensatez y tambien ha expresado su sensibilidad por la defensa del medio ambiente, demandando a los jefes de estado y a las grandes corporaciones por la imperiosa necesidad de actuar responsablemente en defensa de nuestra casa.

Es un papa que ha incorporado en la agenda de la iglesia católica la defensa de los intereses de los menos favorecidos y más vulnerables desde una perspectiva humanista.

Pero la iglesia arrastra resabios medievales que la marcan a fuego como una institución en la que las viejas tradiciones, de origen absolutamente humano y de ninguna manera divino, demandan preservar usos y costumbres reñidos con la razón, y aún mas, con la biología.

Y una de esas taras terriblemente perjudiciales para esa institución, es la sistematica defensa de los pederastas, es decir pedófilos que se atreven a romper el limite del autocontrol y a actuar como depredadores sexuales de niños dejados a su cargo para su formación y educación.

Esa defensa de prácticas aberrantes, tan extendidas en todas aquellas tierras donde los curas han entrado en interacción intensa con poblaciones infantiles bajo su responsabilidad, tiene necesariamente que tener origen en determinantes objetivos.

Seguramente el celibato no es el unico determinante, pero ocupa un lugar de importancia.

Mantener el celibato como muestra de compromiso con los dogmas de la fe, es un acto mas comprometido con la unicidad del patrimonio eclesiástico que con la verdadera fe, porque atenta contra la razón y contra la biologia de personas que, en plenitud de sus facultades, se ven obligadas a reprimir uno de los deseo más esenciales

Es una imposición primitiva e irracional, que convierte la practica del sexo por parte de los sacerdotes en un acto oscuro, culposo y en definitiva, en fuente de horribles aberraciones, como la canalización del deseo sexual a través del sometimiento del débil, para imponer la furia de una frustración mal encauzada sobre los menores a su cargo.

Papa Francisco, Ud. nos ha demostrado su compromiso con las principales causas que conmueven nuestro mundo desde una perspectiva profundamente comprometida con las mejores tradiciones humanistas. Incorpore la cuestión del celibato y atrévase a pasar a la historia como quien da el puntapie inicial a una causa que cuando logre su objetivo, evitará mucho dolor y sufrimiento entre quienes son en forma reiterada y sistemática las principales víctimas de los curas pedófilos: los niños.

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