El expresidente peruano Pedro Castillo ha comenzado este lunes una huelga de hambre en prisión, en protesta por el juicio por rebelión que se le sigue tras su fallido intento de disolver el Congreso en diciembre de 2022. Castillo, quien se encuentra detenido desde hace más de dos años, denunció que el proceso judicial en su contra está «politizado» y que enfrenta una «condena anunciada».
A través de un documento escrito a mano en su celda y publicado en sus redes sociales, Castillo expresó su descontento con el juicio, que calificó de «pantomima» y aseguró que se le están imputando «delitos que no cometió». En su mensaje, también subrayó que no tiene la intención de ser defendido por un abogado de oficio, ya que considera que no hay condiciones para un juicio justo e imparcial. La Fiscalía solicita 34 años de prisión para él por los delitos de rebelión, abuso de autoridad y perturbación de la tranquilidad pública.
El exmandatario, quien fue destituido y detenido tras anunciar el cierre del Congreso sin autoridad constitucional, también denunció que la jueza Norma Carbajal, que dirige su juicio, había adelantado su opinión en su contra durante un proceso previo, lo que, según él, confirma la parcialidad del tribunal.
La huelga de hambre de Castillo ha sido respaldada por su abogado, Walter Ayala, quien señaló que la protesta busca llamar la atención internacional sobre lo que considera una injusticia. Además de Castillo, están procesados tres de sus ministros y varios exoficiales de policía, con penas que varían según el caso.
Castillo permanece recluido en el penal de Barbadillo, en Lima, un centro destinado a expresidentes, mientras su juicio continúa y la defensa internacional, liderada por los juristas argentinos Eugenio Zaffaroni y Guido Croxatto, denuncia irregularidades en el proceso.
En Peru parece que hay una maffia parlamentaria intocable