La Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) expresó su preocupación por un incremento en los permisos para importar pollo. No obstante, explicaron que el precio de la carne aviar producida en Uruguay se presenta competitivo. Diario La R dialogó con el director ejecutivo de esta gremial empresarial, Federico Stanham, quien explicó la actual situación del sector.
– ¿Cómo se observa la actual situación de la industria avícola?
– Si se mira el consumo interno, que es el destino del 98% de la producción avícola, este viene aumentando. Pasó de 18,5 kilos per cápita al año en 2019 a 23,2 kilos en 2021. Esto muestra un aumento de 4,7 kilos per cápita, lo cual significa un 25%. Por mes se venden 7.000 mil toneladas, o sea unos 233 mil kilos por día. La carne aviar es la segunda de importancia en consumo, detrás de la vacuna. Esta importancia actual de la carne aviar se debe a que las carnes han subido mucho de precio en general, principalmente las carnes vacunas y también la porcina. La carne aviar sigue siendo la más barata de todas. En un contexto dónde debido a la pandemia hubo menos empleo, y baja de ingresos de la población, mucha gente incrementó el consumo de carne aviar. Además, es un sector que ha venido aumentando su actividad de manera importante y la demanda entonces fue atendida con producción interna.
– ¿La producción avícola, como se vio afectada por las olas de calor en verano y ahora la suba de los granos?
– El sector tuvo que aumentar su producción por mayor demanda del consumo, y si no lo hubiera hecho, los precios se habrían incrementado por una menor oferta. Esto llevó a un mayor gasto en granos, principalmente maíz, cuyo precio aumentó 40% en un año. La alimentación representa un 60% en el precio de producción de un pollo. O sea, se aumentó la producción con mayores costos. Pero si se compara enero de 2021 con febrero de 2022, no se subieron los precios en pesos corrientes. El pollo subió solo 1%, siendo la inflación del 8%. Con respecto a los efectos de la ola de calor de verano, debo aclarar que la avicultura tiene dos sectores distintos: el de aves de postura y el de carne. La Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas representa a las plantas de faena. La gran diferencia de cómo afecto la ola de calor se debe al tipo de producción. El calor afectó muy fuerte al sector de postura. Un 15% de las gallinas que estaban en producción de huevos murieron, cayendo de un día para el otro la producción en igual porcentaje, lo que se termina reflejando en los actuales precios. En el caso de aquellos que nos dedicamos a la producción de carne aviar, la mortandad de pollos fue de menos del 4%. Esto se debió a que ante el anuncio de la ola de calor, varias plantas adelantaron la faena y se bajó la cantidad de pollos en los galpones. Por supuesto que la medida de adelantar la faena no se puede hacer con las aves de postura, porque no son para faena. Por eso es que se vieron más afectados.
– Se están habilitando más permisos para la importación de carne aviar. ¿Cómo observan los productores locales esta posibilidad?
– En primer lugar se debe aclarar que el mercado está totalmente cubierto, con una producción que está aumentando. Los datos muestran que en los dos primeros meses del año, la faena es un 10% superior a igual período de un año atrás. Esto significa que autorizar importaciones no es porque falte el producto o que haya subido de manera desmesurada. Sucede que el gobierno se encuentra con un problema complejo, por una inflación mundial, con una suba de petróleo, de la carne vacuna y del trigo. Por lo tanto, entiende que incentivando la importación de carne vacuna y de pollo puede ayudar a mitigar eso. En carne vacuna hay libre importación y en el caso de la aviar se puede también importar, con permisos del MGAP. Ocasionalmente, se hace desde Chile, Brasil, Argentina y Estados Unidos. Ahora se han autorizado los permisos que estaban demorados. Lo que hay que ver es si para los importadores es atractivo el negocio. Lo que se trae mucho es suprema de Chile y quizás ahora venga un poco más. En el caso de Argentina los precios están a un dólar oficial, por lo cual vemos que Brasil está exportando la tonelada a 1.600 dólares y Argentina entre 1.400 y 1.500 dólares. De Estados Unidos se importa muslo o la pata muslo. Ese país consume casi exclusivamente las alas y la pechuga y se exporta el resto. En Uruguay existió alguna importación, pero el consumidor uruguayo está acostumbrado al producto fresco, con una determinada textura, color y sabor, por lo cual estos muslos de EEUU no tienen mucho éxito. El pollo uruguayo se vende mayormente fresco y si hay un pollo entero congelado es mayormente argentino o brasilero.
– ¿Cómo los puede afectar la medida de una mayor importación
– Nosotros estamos a favor de la libertad de comercio, pero introduce incertidumbres para el sector. Esto porque los empresarios importan lo que les conviene tomando en cuenta los precios internacionales y los precios locales. En cambio, el productor nacional de carne aviar, tiene armada una secuencia de producción que lleva a que todos los días existan pollos para faenar, ya sea el precio suba o baje. Si el precio baja mucho o sube mucho, el importador no trae más el producto, porque ya no es negocios, pero las plantas locales continúan su actividad. Puede ser que en el futuro los precios internacionales bajen y se genere una corriente importadora más fuerte. Si eso pasa generaría incertidumbre en las empresas uruguayas. Los costos en Uruguay siguen altos, lo cual provocaría una fuerte competencia y podrían afectar a las empresas que ya tienen márgenes muy ajustados.
– ¿Hay diferencia hoy día entre el precio del pollo a nivel local y de dónde se puede importar?
– En este momento no. Los precios han subido mucho a nivel mundial. Si se importa pollo de Brasil, le queda puesto en Uruguay a un precio muy parecido al cual lo vende la planta de faena local. En 2020 y 2021 quizás era conveniente para los importadores, pero ahora vemos que no es tan así.