Maldonado es conocido por ser un departamento con una oferta de actividades muy diversa y si bien en la temporada actual sus playas se llevan la mayoría de la atención, hay un lugar que recibe una importante cantidad de visitantes diario: Reserva de Fauna y Parque Cerro Pan de Azúcar. Diario La R se dirigió al lugar para hablar con la veterinaria Analía Rey, quien nos enseñó sobre el trabajo que realizan y la importancia de velar por el cuidado de nuestra fauna.
En los años 80, Tabaré González, fundó la Estación de Cría y Fauna Autóctona de Pan de Azúcar. Siendo tan solo un “aficionado por la fauna pero con un gran conocimiento” logra reunir animales, como los venados de campo, dando inicio a lo que sería un “proyecto pionero de conservación de especies que están vulnerables o en peligro de extinción”. El lugar está bajo dependencia de la Intendencia de Maldonado y funciona con una modalidad de exhibición al público pero con el objetivo de “dar a conocer nuestra fauna silvestre y educar para entender la interacción de nuestra biodiversidad y poder convivir respetuosamente con ella”. En ese marco, el equipo de la reserva también realiza charlas en escuelas y liceos “para que las nuevas generaciones ya vengan con conciencia de cómo tenemos que cuidar, interaccionar y demás”.
Rey explicó que los recintos están diseñados y acondicionados especialmente para lograr la reproducción, su protección y reinserción. Así como hay poblaciones que están dentro de un proyecto de conservación, como el carpincho, pecarí y el venado, “hay animales que están en cautiverio porque tienen alguna patología que no les permite volver a la naturaleza. Por ejemplo, tenemos aves con alas fracturadas y animales que vienen del cautiverio o mascotismo, como el zorro, donde el trabajo de rehabilitación es más arduo y en ocasiones no logran romper el vínculo con el humano o sobrevivir por su cuenta y se tienen que quedar bajo cuidado humano” informó. Por otro lado, reciben animales que son altamente amenazados, como el cardenal amarillo “que hay que hacer un trabajo de reahibilitación para reinsertarlos”.
La investigación, es otro de los pilares fundamentales, en ocasiones se realizan en convenio con otras instituciones como la Facultad de Veterinaria, el instituto Clemente Estable y el Ministerio de Ambiente. “Trabajamos en conjunto, por ejemplo, en la miasis en toda la fauna y en proyectos de inseminación asistida en el venado de campo, buscando mejorar la genética” explicó. Que a su vez, “van a arrojar mucha información y que van a hacer una pedaleada importante para la conservación de las especies, inclusive a nivel mundial” destacó.
Riesgos y desafíos
En temporada de verano las actividades pueden verse afectadas en su desarrollo debido a las olas de calor o alertas de incendio y la reserva no escapa de esta situación. A mediados de enero inició una situación de alerta, suspendiendo el acceso al cerro, “las medidas se toman para salvaguardar la seguridad de los visitantes y proteger el área natural” expresó. Siendo una época prolongada de poca lluvia “se activa un protocolo de la mano con la Dirección de Nacional de Bomberos, de trabajo y monitoreo constante para detectar focos de incendio que estén iniciando y se realiza otro protocolo con la guardia y con guardaparques para trabajar directamente con la gente para concientizar y controlar, por ejemplo el deshechos de colillas”.
La Dirección de Gestión Ambiental del departamento les brindó un equipo portátil para apagar incendios recién iniciados, con el fin de poder “ir mitigando hasta que lleguen los bomberos”. Rey informó también que cuentan con módulos de jaulas en caso de evacuación de los animales. A todo esto, se le suma que “la bichera en verano explota y tenemos que estar encima de los animales”. Siendo esta, una época que consideran “muy difícil”.
Sin embargo en invierno, “todo es un poquito más tranquilo”, incluyendo la carga de visitantes, “entonces los animales están más distendidos”. Ni reserva, ni el cerro, corren peligros, cuando las lluvias son constantes, “el lugar rara vez se inunda, porque está diseñado con compuertas que permiten que se evacue el agua sobrante en caso de que se llenen los lagos” informó.
Consultada por los desafíos que enfrentan, reiteró que la conservación es el principal, porque “es sumamente compleja e implica muchas cosas, que requieren de tiempo”. Rey explicó que “ante cada problema siempre tratamos de buscar la solución, por el camino científico y de la investigación, entonces los resultados demoran en llegar, pero son los mejores”.
A futuro se planea reintroducir el venado de campo una vez que los “frutos de la inseminación den resultados y se mejore la genética para que puedan proliferar en el hábitat”. La veterinaria Rey recordó que llevan 40 años en cautiverio y hay que revertir las consecuencias de esto. En este marco, habló sobre la reinserción de los animales, donde uno de los desafíos es que Uruguay “no cuenta con áreas protegidas y preservadas para poder introducir al animal, se pueda adaptar y pueda realmente proliferar”. Actualmente la reserva está al cuidado de cuatro pumas, que fueron rescatados de un coto de caza ilegal en Balcarce, Argentina y se enfrentan a la idea de un proyecto de reproducción pero también ante el problema de que “no tenemos hábitat en nuestro país para conservarlos”.
“Los pequeños mamíferos, como los zorros y los gatos montés, los liberamos en pequeñas áreas que son como corredores biológicos, que sabemos que están protegidos, que son áreas libres de caza y que tienen disponibilidad de alimento y demás, pero para otras especies se complica bastante”.
Además, recordó que están los desafíos diarios y a corto plazo, de trabajar con los casi 400 animales que albergan. “Estamos todo el tiempo velando por el bienestar general y la salud de todos, eso requiere de una dedicación enorme” y aunque aclaró que para ellos es su vida, no deja de ser un gran desafío. Que además, requiere del cuidado general del hábitat y si bien todos los recintos cuentan con áreas de fuga, hay que manejar el estrés del cautiverio, del calor o por la carga de visitantes en temporada alta.
Rey planteó que otro desafío es “lograr que la gente que nos visita, respete e interprete el lugar”. La reserva cuenta con ciertas reglas y con guías, que ante un público que “se queja mucho y se frustra porque no ve a los animales”, transmiten que el lugar no es un zoológico sino una reserva, que brinda espacios que “se parezcan lo más posible a al hábitat natural” y “se le da la oportunidad al animal de poder elegir si quiere estar expuesto o no”.
La importancia de la comunicación y la preservación
Rey destacó que se está dando un cambio de pensamiento social, donde hay mayor interés por buscar respuestas y conocer sobre la fauna. Pero alertó que “se está dando cada vez más la interacción entre el humano y la fauna silvestre, por la reducción de sus hábitats y hay quienes no tienen conocimiento de cómo interactuar y directamente le dan muerte a los animales”. En esa línea destacó la importancia de dar a conocer, “cómo tengo que actuar de una forma benéfica con la fauna, cómo interaccionar, qué tengo que hacer si la veo en mi casa, por qué está ahí y cuál es su rol en el ecosistema y qué se desequilibraría si la misma desapareciera”, para mitigar la amenaza.
Retomando la importancia de recorrer el lugar con un guía, explicó que aquellos que recurren a esta posibilidad, “se van con conceptos totalmente diferentes, porque los ayuda a interpretar y conocer todo el trabajo silencioso que hay detrás de todo lo que se ve y de todo lo que se muestra en la reserva”, que “es un lugar de conservación de la biodiversidad en general, no solo de fauna, sino también de flora”. La “salud y riqueza” del lugar, abre paso a que muchos animales silvestres elijan la reserva para anidar, vivir y ser libres. “A veces las interpretaciones pueden llegar a ser muy diferentes de lo que realmente está pasando”’ concluyó.
Rey explicó que “cuidar nuestra fauna es salud para el mundo de los animales y del medio ambiente. Si nuestra fauna no está saludable nosotros tampoco vamos a estar saludables porque cada especie cumple un rol que por más pequeña que sea, mantiene el equilibrio en el ecosistema. Entonces tenemos que velar por la fauna, porque también somos parte de esto y el desequilibrio lo empezamos a sufrir”.
Hay reconsiderar la caza del venado y del jabali que son especies protegidas en europa y solo se permite la caza fuera de epoca de cria Son animales con carne de alto valor proteico y de alta cocina En un pais con 50% de pobres deben ser conservados y pueden alimentar comedores escolares no solo restaurantes caros