En la pasada jornada el fiscal de Delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe informó que los restos encontrados el 30 de julio, en el Batallón 14, eran de Luis Eduardo Arigón Castel.
Arigón estaba casado y tenía dos hijas, trabajaba como empleado de una librería en la Galería del Notariado en Montevideo. Era militante sindical de la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio e Industria (Fueci) y de la Convención Nacional de Trabajadores (C.N.T.), era también un militante del Partido Comunista de Uruguay. El 14 de junio de 1977 fue secuestrado en su domicilio en un operativo donde participaron represores de civil y soldados que se identificaron como miembros de las Fuerzas Conjuntas. Fueron testigos del secuestro y allanamiento de la casa, su esposa e hijas.
La familia buscó datos sobre el lugar de detención y las distintas fuerzas y autoridades de la dictadura negaron que se encontraba detenido. El Sitio de la Memoria recuerda que varios testigos lo identificaron siendo sometido a torturas en el La Tablada. Su esposa presentó en 1985, apenas recobrada la democracia, una denuncia penal por su secuestro y desaparición y hay cuatro procesados por el caso.
El fiscal Perciballe dijo que “este hallazgo evidencia un patrón de enterramiento”, ya que los mismos fueron encontrados a menos de 200 metros del lugar donde encontraron en junio de 2023 los de Amelia Sanjurjo.
Por su parte el director de la Institución de Derechos Humanos (Inddhh) Wilder Tayler dijo que el Batallón 14 «fue utilizado como un cementerio secreto para los desaparecidos, con una metodología pensada»
Consultada la coordinadora del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF), Alicia Lusiardo, sobre si se pudo determinar las causas de la muerte señaló «según lo establecido por la Junta Médica se estableció que los restos óseos no presentar lesiones traumáticas que permitan establecer con certeza la causa de muerte. Sin embargo, se ubicaron fracturas producidas por impacto de objeto contundente sobre la víctima, en actitud de defensa protegiendo su cara o cráneo. Fracturas en el tórax». A esto acotó «por ser un enterramiento clandestino en predio militar de larga data, con restos óseos con traumatismo premortem y que se ejerció violencia es que la forma de la muerte fue violenta, por malos tratos o torturas».
Sabina, la hija de Luis Eduardo Arigón, dijo «no deja de sorprenderme la maldad, la cobardía con la que fueron tratadas estas personas. No hay otra manera de decirlo. Hacer lo que les hicieron a estas personas es vergonzoso». Agregó «quiero agradecer a todos los que siguen buscando. Y que no se cansan, a pesar de que hay gente que cree que esto no existió, que fue una mentira».
Asesinado por los valientes soldaditos de la patria amordazado y maniatado. Por hacer que? trabajar honestamente y mantener una familia decente.
Denle el debido reconocimiento a este gobierno, que permitió y facilitó las tareas de búsqueda e investigación para que se encontrara esta víctima.
Hay centenares de víctimas y no dicen donde están nuestros esforzados defensores armados.