Revocan prisión domiciliaria de Zabala Quintero: volverá a Domingo Arena

La Justicia decidió este jueves revocar la prisión domiciliaria otorgada al subcomisario retirado Juan Ricardo Zabala Quintero, quien fue procesado en octubre pasado como coautor de un homicidio especialmente agravado y muy especialmente agravado por el asesinato de Cecilia Fontana de Heber.

Zabala Quintero, implicado en el caso de las botellas de vino envenenadas dirigidas a figuras del Partido Nacional en 1978, había recibido prisión domiciliaria tras un informe médico que lo describía como un «anciano frágil, con un alto riesgo cardiovascular y psicoemocional». Este diagnóstico, elaborado por el Departamento de Medicina Forense, detallaba condiciones como sobrepeso, hipertensión, dislipidemia, glicemia alterada y enfermedad coronaria, lo que llevó a su traslado desde la cárcel de Domingo Arena.

Sin embargo, la resolución judicial, compartida por Javier Barrios Bove, edil por Montevideo del Partido Nacional y abogado de la familia Heber, revocó esa medida. Según Barrios Bove, la decisión estuvo fundamentada en cuatro puntos clave.

En primer lugar, se destacó que el domicilio donde Zabala Quintero cumplía la prisión domiciliaria, en La Coronilla (Rocha), no estaba declarado en el expediente judicial.

En segundo lugar, se subrayó que «no es lo mismo estar domiciliado en Maldonado a 200 metros de un sanatorio; que en La Coronilla a más de 20 kilómetros de una policlínica de su prestador de salud».

El tercer argumento fue que, ante un eventual agravamiento de su salud, Montevideo ofrece mayores recursos médicos que La Coronilla.

Finalmente, se resaltó que la cercanía del balneario con la frontera brasileña complicaba una respuesta efectiva por parte de la Dirección Nacional de Medidas Alternativas en caso de que Zabala Quintero violara la prisión domiciliaria.

Con esta resolución, Zabala Quintero deberá regresar a la cárcel de Domingo Arena, donde cumplirá su condena mientras avanza el proceso judicial.

Zabala Quintero, implicado en el caso de las botellas de vino envenenadas dirigidas a figuras del Partido Nacional en 1978, había recibido prisión domiciliaria tras un informe médico que lo describía como un «anciano frágil, con un alto riesgo cardiovascular y psicoemocional». Este diagnóstico, elaborado por el Departamento de Medicina Forense, detallaba condiciones como sobrepeso, hipertensión, dislipidemia, glicemia alterada y enfermedad coronaria, lo que llevó a su traslado desde la cárcel de Domingo Arena.

Sin embargo, la resolución judicial, compartida por Javier Barrios Bove, edil por Montevideo del Partido Nacional y abogado de la familia Heber, revocó esa medida. Según Barrios Bove, la decisión estuvo fundamentada en cuatro puntos clave.

En primer lugar, se destacó que el domicilio donde Zabala Quintero cumplía la prisión domiciliaria, en La Coronilla (Rocha), no estaba declarado en el expediente judicial.

En segundo lugar, se subrayó que «no es lo mismo estar domiciliado en Maldonado a 200 metros de un sanatorio; que en La Coronilla a más de 20 kilómetros de una policlínica de su prestador de salud».

El tercer argumento fue que, ante un eventual agravamiento de su salud, Montevideo ofrece mayores recursos médicos que La Coronilla.

Finalmente, se resaltó que la cercanía del balneario con la frontera brasileña complicaba una respuesta efectiva por parte de la Dirección Nacional de Medidas Alternativas en caso de que Zabala Quintero violara la prisión domiciliaria.

Con esta resolución, Zabala Quintero deberá regresar a la cárcel de Domingo Arena, donde cumplirá su condena mientras avanza el proceso judicial.

El represor

El exrepresor, quien alcanzó el grado de Inspector Mayor en la Policía, fue un destacado integrante de la Brigada de Narcóticos y del Servicio de Información de Defensa (SID).

Desde 1973, ocupó el cargo de oficial ayudante en la Brigada de Investigaciones de Narcóticos, dirigida en ese entonces por Hugo Campos Hermida. Tras su retiro, en 2003, fue designado como profesor en la Escuela Nacional de Policía.

Zabala fue imputado por el secuestro y desaparición del maestro Julio Castro. En su confesión, admitió haber participado en el operativo y trasladado a Castro al Centro Clandestino de Detención y Tortura conocido como «Casona de Millán». Si bien en primera instancia fue procesado, su procesamiento fue revocado en 2014. Aunque reconoció su participación en el secuestro, aseguró desconocer el trato y destino que se dio al maestro.

En diciembre de 2023, la Fiscalía Especializada en Delitos de Lesa Humanidad solicitó su procesamiento por el homicidio de Cecilia Fontana de Heber, ocurrido en 1978. Las huellas dactilares de Zabala fueron halladas en la botella de vino envenenado que provocó la muerte de Fontana de Heber.

El 18 de octubre de 2024, Zabala fue procesado con prisión por la coautoría de un delito de homicidio especialmente agravado y muy especialmente agravado en relación con el asesinato de Cecilia Fontana de Heber mediante el uso de vinos envenenados.

Posteriormente, el 10 de enero de 2025, se le otorgó el beneficio de prisión domiciliaria. Sin embargo, este beneficio fue revocado el 23 de enero del mismo año, tras una revisión de las medidas sustitutivas. Como resultado, la Justicia ordenó que continuara cumpliendo prisión efectiva en la cárcel de Domingo Arena.

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