El multimillonario nieto de inmigrantes indios, Rishi Sunak quedó confirmado este lunes por el Partido Conservador británico como el nuevo primer ministro del Reino Unido, luego de que la ministra de Relaciones Parlamentarias, Penny Mordaunt, no alcance el umbral mínimo de apoyos para ser candidata y que el ex premier Boris Johnson decida no presentarse, pese a haber reunido las adhesiones requeridas.
Dos meses después de fracasar en su primer intento de liderar el Partido Conservador y dirigir el gobierno, Sunak, de 42 años y origen indio, se alzó como el único candidato con suficientes apoyos al cierre del plazo a las 14 (hora local, 13 GMT).
“Rishi Sunak ha sido elegido líder del Partido Conservador”, anunció el responsable del grupo parlamentario Graham Brady.
El domingo por la noche, Johnson había anunciado que no postularía para suceder a Truss, que lo había reemplazado a él mismo el 6 de septiembre.
A su vez, Mordaunt no convenció a sus aliados, muchos de los cuales optaron por mostrar unidad partidaria. En un comunicado, concedió la derrota y agregó: “Rishi tiene mi completo apoyo”
De esta forma, no fue necesaria una votación interna y se precipita la sucesión, con discursos de renuncia de Truss y aceptación de Sunak, así como sendas visitas al rey Carlos III para oficializar el nombramiento del tercer primer ministro británico en dos meses.
Sunak, ex ministro de Finanzas al que muchos acusan de haber desencadenado con su dimisión en julio la caída de Johnson, se convierte en el primer político de una minoría étnica en dirigir el Reino Unido.
Este multimillonario ex banquero, nieto de inmigrantes indios que estudió en las escuelas de la élite británica, se convertirá además en el primer jefe de gobierno de religión hindú en el momento que comienza el Diwali, importante festividad hinduista muy popular entre la comunidad india británica.
Defensor de la ortodoxia presupuestaria, aparece a ojos de muchos legisladores derechistas como la persona adecuada para tranquilizar a los mercados y sacar al Reino Unido de la crisis económica y social agravada por los planes ultraliberales de Truss en un momento de fuerte inflación.
Mientras tanto, el opositor Partido Laborista, con aplastante ventaja en los sondeos, insiste en pedir la convocatoria de elecciones generales anticipadas. Una opción secundada ya por una mayoría de británicos.