Se podría detectar la enfermedad inflamatoria intestinal 8 años antes de su aparición

Se cree que cuando se diagnostican la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa ya llevan años causando daños en el intestino.

Las llamadas enfermedades inflamatorias intestinales (EII), incluyen una serie de afecciones que abarcan a la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa y la colitis indeterminada. Todas estas enfermedades intestinales inflamatorias provocan la hinchazón de los tejidos (inflamación) del tracto digestivo, que a su vez puede producir dolor abdominal, diarrea grave, cansancio, pérdida de peso y malnutrición.

Estas enfermedades incurables afectan a personas jóvenes y son dos veces más comunes que la diabetes tipo 1. Pero en los últimos años se ha trabajado en avances médicos para mejorar la calidad de vida de quienes las padecen y se disponen cada vez más alternativas terapéuticas farmacológicas, nutricionales y quirúrgicas que permiten cambiar la historia natural de estas enfermedades.

La implementación y abordaje de estas soluciones demanda una permanente actualización, como así también una integración de equipos multidisciplinarios especializados y el diseño de políticas públicas acordes con las necesidades actuales.

Los avances del conocimiento científico han permitido evolucionar en los objetivos terapéuticos. Tiempo atrás, el manejo de la EII solo buscaba mejorar los síntomas recurrentes. Hoy buscan un cambio de paradigma en el abordaje, donde lo que se busca es impactar en el curso natural de la enfermedad según el perfil del paciente. Es decir, lograr una modificación duradera y evitar las complicaciones.

Pero un objetivo importante para trabajar con estas enfermedades es el diagnóstico temprano. Diversos institutos de salud han demostrado que pueden detectarse cambios en los análisis de sangre hasta ocho años antes del diagnóstico de la enfermedad de Crohn y hasta tres años antes del diagnóstico de la colitis ulcerosa.

Lo que significa que las enfermedades inflamatorias comienzan mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas, pero esta técnica podría brindar a los médicos oportunidades para tomar medidas preventivas más eficaces ante estas enfermedades que no tienen cura.

En el estudio se han analizado los registros médicos electrónicos de personas en Dinamarca, comparando 20.000 personas con un diagnóstico de EII con controles de 4,6 millones de personas sin EII. La investigación mostró que los daños intestinales que aparecen en el momento del diagnóstico son sólo “la punta del iceberg”, ya que muchos cambios sutiles se producen en el cuerpo antes de que la enfermedad se afiance.

Hasta hace poco se pensaba que la mayoría de las personas tenían síntomas durante aproximadamente un año antes del diagnóstico, pero a menudo se observa daño intestinal significativo, lo que sugiere que los cambios se han estado produciendo durante mucho más tiempo.

Los investigadores confirmaron esta idea al observar diez años de resultados de pruebas antes del diagnóstico. Así, comprobaron que se habían producido cambios en una serie de minerales, células de la sangre y marcadores de inflamación, como la calprotectina fecal, una molécula liberada en el intestino durante la inflamación.

Estos hallazgos son novedosos y van de la mano con la evidencia emergente de que las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas probablemente comienzan años antes del diagnóstico. La investigación tiene enormes implicaciones para la prevención, ya que resalta que existe una ventana de oportunidad para el tratamiento.

Todavía no sabemos si hay medidas preventivas como cambiar la dieta o si dejar de fumar evitaría que alguien contraiga estas enfermedades, pero esto abre la puerta a esa posibilidad. También subraya la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano, ya que es probable que muchos de los cambios en el intestino hayan ocurrido mucho antes de que las personas enfermen.

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