Sembrando Nuestra Huerta capacitó a 178 personas privadas de libertad

Sembrando Nuestra Huerta realizó este jueves el cierre de la primera etapa de su programa, ejecutado por Huerta en Casa y el Ministerio del Interior, que busca capacitar a personas privadas de libertad en ese oficio y la autogestión de alimentos saludables. En esta fase, el programa se desarrolló en varios centros penitenciarios del país.

Durante la ceremonia, efectuada en el salón de actos de la Torre Ejecutiva, se compartieron los resultados y se evaluó la experiencia de esta primera edición. El programa, enfocado en promover la autogestión de alimentos y trabajo de la tierra, impactó a más de 200 personas privadas de libertad y funcionarios de las unidades Nº 4 Santiago Vázquez, Nº 26 Tacuarembó, Nº 22 Rocha, Nº 15 Cerro Largo, Nº 26 Paysandú; y Colonia Berro – INISA.

El evento contó con la presencia del presidente de la República, Luis Lacalle Pou; el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Benjamín Irazábal. La oratoria la encabezó la impulsora de Sembrando, Lorena Ponce de León; el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza, y los cofundadores de Huerta en Casa, Pedro Young y Martín Fossemale.

Ponce de León repasó los inicios del programa y sus tres ejes de acción. Explicó que comenzaron a trabajar en el año 2020 con la OPP y la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Con la primera, se implementaron las huertas comunitarias mediante llamados a concurso dirigidos a los 125 municipios de todo el país.

Generar nuevas oportunidades

En 2021 la OPP financió 30 proyectos y en 2022 se asignarán otros 30 en distintas localidades del interior de Uruguay. En el caso de la ANEP, a través de Primaria y con el apoyo técnico de UTU, se desarrolló el proyecto Huertas en Centros Educativos. Donde se construyeron invernáculos y se mejoraron huertas en las escuelas públicas, para generar un espacio de recreación, aprendizaje y socialización.

El tercer socio estratégico de Sembrando fue el INR, dependiente del Ministerio del Interior, que ejecutó, junto con el emprendimiento Huerta en Casa, el programa en los centros penitenciarios.

El programa duró alrededor de seis meses e incluyó el asesoramiento técnico del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y la mentoría de los profesionales de Huerta en Casa. “El objetivo era lograr la autosustentabilidad y la generación de nuevas oportunidades para las personas privadas de libertad”, señaló Ponce de León.

El director del INR recordó que el programa Sembrando Nuestra Huerta se desarrolla desde 2021 como parte del Plan de Dignidad Carcelaria. Cuyo objetivo es ampliar las plazas de formación e inserción laboral.

Trabajar la tierra no solo posibilitó que las personas privadas de libertad incorporaran un oficio para aplicar una vez que recuperen su libertad, sino que también las impulsó a utilizar esta herramienta como forma de autogestión. Además, aprendieron el significado del esfuerzo y el trabajo en equipo. Compartieron el fomento de valores, lo que generó un clima de armonía con sus pares, funcionarios y docentes, resaltó.

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