Accedimos a una entrevista con un policía dependiente de la Jefatura de Montevideo de Policía la identidad del oficial la mantenemos en resguardo debido a que los temas que plantea en la nota pueden generarle problemas.
El nos explica que no están las garantías para darse públicamente su identidad.
En una tarde calurosa nos encontramos con el oficial de policía que tiene 17 años en funciones y este encuentro nos dio la oportunidad de hablar con un miembro activo de la Policía Nacional , quien ha accedido a compartir su experiencia y reflexiones sobre la inseguridad que enfrentan los policías y las posibles repercusiones de denunciar situaciones de riesgo.
– Gracias por acompañarnos.
– Gracias a ustedes por dar voz a este tema tan importante.
Para comenzar, ¿podría describir las condiciones de inseguridad que enfrenta un policía en su día a día?
– La inseguridad es una realidad constante. Salimos a la calle sabiendo que cada día puede ser diferente. Nos enfrentamos a situaciones peligrosas, desde enfrentamientos con delincuentes hasta la posibilidad de ser atacados durante un procedimiento. La falta de recursos y equipamiento adecuado también agrava la situación. A menudo, estamos en la línea de fuego con chalecos antibalas que no son suficientes o vehículos que no están en condiciones óptimas.
– Eso suena extremadamente difícil. ¿Hay algún caso específico que le haya marcado en su carrera?
– Sí, hubo un incidente en el que atendimos un llamado por un tiroteo en que el poder de bala de los delincuentes era mucho más poderoso que el nuestro. Al llegar, nos encontramos en medio de una balacera. La adrenalina y la situación son indescriptibles. En ese momento, la vida de todos estaba en juego, incluida la nuestra. A pesar de eso, siempre intentamos cumplir con nuestro deber, pero el riesgo es constante.
– ¿Cómo afecta esta inseguridad a la moral y la salud mental de los policías?
La presión es inmensa. Muchos de nosotros lidiamos con ansiedad y estrés postraumático. La percepción de que nuestras vidas están en peligro todos los días puede ser abrumadora. Además, el apoyo psicológico es escaso. Muchos compañeros prefieren no hablar de sus problemas por miedo a ser estigmatizados o considerados débiles.
– Hablando de estigmas, ¿qué sucede si un policía decide denunciar situaciones de inseguridad o denuncias de corrupción dentro de la fuerza?
– Eso es complicado. Denunciar puede llevar a represalias. Conozco casos de colegas que han hablado y, lamentablemente, han enfrentado acoso, aislamiento y, en algunos casos, han sido transferidos a lugares menos deseables. La cultura del silencio es fuerte; muchos temen que su carrera se vea afectada si levantan la voz.
– Entonces, ¿la cultura dentro de la policía desalienta las denuncias?
– Exactamente. A menudo, se siente que es mejor no decir nada y seguir adelante. Esto crea un ambiente tóxico donde se toleran comportamientos inadecuados. También hay una falta de confianza en que las denuncias se manejen de manera justa. Muchos creen que, incluso si informan sobre algo grave, no habrá consecuencias para quienes están involucrados.
– ¿Qué tipo de secuelas enfrentan aquellos que deciden denunciar?
– Las secuelas pueden ser severas. Además del hostigamiento, muchos sufren problemas de salud mental. El estrés y la ansiedad aumentan, e incluso se ven obligados a abandonar la fuerza. Perder la confianza en el sistema puede ser devastador, especialmente para quienes se unieron a la policía con la intención de hacer una diferencia.
– ¿Qué cambios o mejoras cree que son necesarios para proteger a los policías y fomentar un ambiente donde las denuncias sean bienvenidas?
– Es fundamental establecer protocolos claros y seguros para la denuncia de irregularidades. Debe haber un sistema de protección para quienes denuncian, asegurando que no enfrenten represalias. También es crucial invertir en salud mental, proporcionando apoyo psicológico accesible y promoviendo un ambiente donde se valore la transparencia y la ética.
– Para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a la sociedad sobre la labor de los policías en Uruguay?
– Quiero que la sociedad entienda que, aunque enfrentamos desafíos significativos, la mayoría de los policías se esfuerzan por hacer su trabajo con integridad y dedicación. La inseguridad que enfrentamos no solo nos afecta a nosotros, sino también a nuestras familias y a la comunidad en general. Necesitamos apoyo y comprensión para poder proteger mejor a todos. La colaboración entre la policía y la comunidad es esencial para construir un entorno más seguro para todos.
– Agradecemos sinceramente su tiempo y valentía al compartir su experiencia. Esperamos que esta conversación ayude a crear conciencia sobre la situación de los policías en Uruguay y la importancia de proteger a quienes nos protegen.
– Gracias a ustedes por darme la oportunidad de hablar sobre este tema crucial.