La escritora Sophie Kinsella falleció a los 55 años en su hogar en Dorset, Inglaterra. Kinsella, diagnosticada en 2022 con glioblastoma un agresivo cáncer de cerebro, luchó con una valentía que ella misma describió como «inimaginable».
Antes de dedicarse por completo a la escritura, trabajó como periodista financiera, un oficio que irónicamente inspiraría el núcleo de su mayor éxito: la saga Shopaholic, protagonizada por Becky Bloomwood, una adicta a las compras con un corazón de oro y un talento innato para meterse en líos financieros hilarantes. Su primera novela bajo el nombre real de Madeleine Wickham, The Tennis Party (1995), ya apuntaba a su don para las tramas ligeras y satíricas sobre la clase media británica. Pero fue en 2000, con The Secret Dreamworld of a Shopaholic —publicada como Confesiones de una compradora compulsiva en español—, cuando explotó su estrellato. La serie Shopaholic —que incluye nueve entregas hasta The New Life of Becky Bloomwood (2023)— no solo acumuló más de 50 millones de ejemplares vendidos en 60 países y traducidos a más de 40 idiomas, sino que redefinió el género romántico contemporáneo. La adaptación cinematográfica de 2009, Confesiones de una shopaholic, dirigida por P.J. Hogan y protagonizada por Isla Fisher, capturó esa esencia caótica y divertida, consolidando el legado de Kinsella en la cultura pop.
Pero Kinsella era mucho más que Becky Bloomwood. Bajo su nombre real, publicó seis novelas más realistas y mordaces, como A Desirable Residence (1996) o Sleeping Arrangements (2001), que exploraban las complejidades de la vida doméstica y social con un toque de ironía británica.
