La terapia auditiva es un método terapéutico creado para potenciar la función y comunicación en personas con pérdida auditiva o trastornos asociados. Esta terapia no solo se enfoca en la pérdida del audio, sino también en los problemas vinculados, como dificultad de procesar información sonora, trastornos del habla vinculados a la audición y la adaptación a dispositivos externos como los audífonos o implantes.
El propósito principal de la terapia auditiva es potenciar la capacidad auditiva restante de la persona, promoviendo una mejor interpretación del habla y una comunicación más eficaz. Se consigue esto mediante una serie de actividades y métodos que asisten a los pacientes en la interpretación de sonidos.
Estos procedimientos se llevan a cabo por diversos motivos, pero el más importante es tratar de asistir a las personas con pérdida auditiva y mejorar sus habilidades para comunicarse y procesar información. Esto es particularmente vital para aquellos que han sufrido una notable pérdida del sentido auditivo y para aquellos que los dispositivos de audio por sí mismos no bastan para recuperar totalmente la función.
Además, esta terapia es fundamental para los niños, ya que les ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas y de comunicación esenciales para su desarrollo académico y social. En adultos, mejora la calidad de vida, permitiéndoles participar más activamente en conversaciones y actividades sociales, reduciendo así el aislamiento y mejorando el bienestar emocional.
La terapia auditiva se compone de un conjunto de actividades y ejercicios a medida diseñados para potenciar las capacidades de audición. Estas actividades pueden abarcar la detección de sonidos, el rastreo de indicaciones verbales, la diferenciación de palabras en ambientes con mucho ruido y la comprensión del lenguaje oral. La terapia se ajusta a las demandas personales del paciente, considerando su grado de pérdida auditiva, su edad y sus metas particulares.
Para los usuarios de aparatos auditivos, la terapia también abarca capacitación en la utilización y conservación de los dispositivos, además de la adaptación a las sensaciones sonoras que estos ofrecen. El tratamiento puede llevarse a cabo por audiólogos, logopedas o terapeutas expertos en rehabilitación auditiva.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que para 2050 haya casi 2500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición y que más de 700 millones requieran rehabilitación. Por eso invita a la prevención y a buscar ayuda profesional en caso de presentar pérdidas auditivas leve, moderada, moderadamente grave, grave o profunda.