Tratamientos con células madres en la curación de heridas y cicatrices

Las nuevas tecnologías están ayudando a reconstruir la piel de personas con úlceras, quemaduras y otras lesiones graves.

La curación de heridas complejas, y especialmente de quemaduras grandes y profundas, sigue siendo un gran reto para los profesionales médicos. Pero tras décadas de avances graduales, las nuevas tecnologías están marcando la diferencia.

El cuidado de las heridas es un área muy activa de investigación e innovación porque se aplica a muchos tipos de personas, incluidos los pacientes que se someten a cirugía, las personas que se cortan en casa o los trabajadores que inesperadamente sufren quemaduras químicas.

Pero hay un área que entusiasma a los especialistas, que son los tratamientos con células madres. Estas son la materia prima del cuerpo; a partir de ellas se generan todas las demás células con funciones especializadas.

Ahora, tras años de lentos avances, empiezan por fin a demostrar su potencial de curación de heridas. Para las pequeñas heridas, los remedios no han cambiado mucho respecto a las instrucciones de hace muchos años. Según la historia de la cicatrización de heridas, las instrucciones son: “limpiar y vendar la herida, y luego dejar que la madre naturaleza haga su trabajo”.

Por otro lado, las heridas importantes, como las quemaduras, son tan grandes y traumáticas que este proceso se ve obstaculizado. Y las heridas, como las úlceras de las piernas que afectan a muchos diabéticos, tardan en cicatrizar porque los vasos sanguíneos estrechados por la enfermedad limitan la cantidad de oxígeno y nutrientes que pueden llegar al lugar.

Incluso en el mejor de los casos, la piel curada no funciona exactamente igual que antes. Esto se debe a que los nervios sensoriales, las glándulas sudoríparas, los folículos pilosos, las células inmunitarias residentes y todas las demás estructuras complejas que suelen encontrarse en la segunda capa de la piel, llamada dermis, no se reconstruyen.

La piel es un órgano asombroso, estructural y funcionalmente, y lo que se obtiene después de su sustitución es un parche corrosivo, el trabajo de proteger el cuerpo carece de gran parte de la función de la piel normal.

Por eso, los científicos llevan mucho tiempo trabajando con las células madre, sobre todo con las llamadas células madre mesenquimales (que residen de forma natural en la piel), porque tienen el potencial de acelerar la cicatrización. El poder de estas células madre es evidente cuando se opera a los bebés en el útero y salen sin cicatrices porque la piel se ha regenerado completamente. Pero por razones que aún no están claras, las células madre pierden estas capacidades después del nacimiento.

Cabe resaltar que, aunque las células madres se manipulen en un laboratorio, no están libres de riesgo. Pueden causar efectos no deseados como infecciones, reacciones inmunológicas o incluso tumores. El cuerpo es inteligente y detecta estas células como extrañas, provocando una respuesta inmune.

Es por eso que los médicos siempre recomiendan consultar a un doctor antes de llevar adelante cualquier tratamiento para curar heridas y cicatrices.

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