El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó su ofensiva comercial contra China al amenazar con imponer un 50% adicional de aranceles sobre los productos chinos, lo que elevaría el gravamen total bilateral a un 104% si Pekín no retira su reciente aumento del 34%. La amenaza fue publicada en su plataforma Truth Social y marca un nuevo escalón en la escalada de tensiones entre las dos potencias económicas.
Trump dio un ultimátum a China, advirtiendo que si no se retracta del aumento de aranceles para el 8 de abril, Estados Unidos impondrá las nuevas tarifas a partir del 9 de abril. El mandatario también anunció que, en caso de cumplirse su amenaza, se suspenderían todas las conversaciones comerciales con Pekín, pero que las negociaciones con otros países que han solicitado reuniones comenzarán de inmediato.
La medida forma parte de una serie de ajustes arancelarios iniciados por Trump desde su regreso a la Casa Blanca. En un paso previo, el presidente ya había impuesto un arancel adicional del 20% a las importaciones chinas por el tráfico de sustancias relacionadas con la fabricación de fentanilo, que se incrementará al 54% el 9 de abril. La reciente propuesta de arancel del 50% adicional podría llevar las tarifas sobre los productos chinos hasta un 104%, según confirmaron fuentes de la Casa Blanca.
Los efectos de esta guerra comercial no se han hecho esperar en los mercados globales, con caídas significativas en las bolsas. Hong Kong sufrió una pérdida del 13% y el índice Nikkei de Tokio cayó un 7,8%, mientras que en Estados Unidos, Wall Street ya había perdido 6 billones de dólares en valor de mercado en los dos días previos.
Trump, sin embargo, se mostró desafiante, llamando a sus aliados a «ser fuertes, valientes y pacientes» en un mensaje publicado poco antes de la apertura de los mercados. Además, reiteró su postura contra la inflación, insistiendo en la necesidad de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés.
Mientras tanto, la comunidad internacional, incluidos países como la Unión Europea, Japón y Bangladesh, sigue presionando para que se aligere la aplicación de estos aranceles, que se perciben como una amenaza para la estabilidad económica global. Sin embargo, Trump ha dejado claro que no tiene intención de negociar rápidamente, sugiriendo que las tarifas podrían mantenerse en vigor durante varios meses.
