Los ganadores fueron distinguidos en 10 categorías.
Un equipo de diseñadores industriales japoneses obtuvo el premio de ingeniería por «tratar de descubrir la manera más eficiente de usar los dedos para girar una perilla», llegando a la conclusión central de que cuanto más grande es la perilla, más dedos se requieren para girarla.
El profesor Gen Matsuzaki, investigador del Instituto de Tecnología de Chiba en Japón, dijo que había sido reconocido por «centrarse en un problema que a nadie le importa».
El premio de física se lo llevaron dos grupos con integrantes de China, Reino Unido, Turquía y EE.UU. por tratar de entender cómo los patitos logran nadar formados. El profesor Frank Fish y sus colegas de la Universidad de West Chester, Pensilvania, descubrieron que la formación lineal ahorra energía, siendo el último patito de la fila el que más se beneficia.
Mientras que, el premio de economía por segunda ocasión fue para un equipo de científicos italianos al explicar matemáticamente por qué el éxito no suele ser para las personas más talentosas, sino para las más afortunadas. Una colaboración internacional ganó el premio de la paz por diseñar un algoritmo para ayudar a las personas a decidir cuándo decir la verdad y cuándo mentir.
El premio de literatura se entregó a un equipo que analizó qué hace que los documentos legales sean innecesariamente difíciles de entender, concluyendo que la culpable es la mala redacción, mas no la complejidad de los conceptos.
Asimismo, un estudio de las escenas de enemas rituales en la antigua cerámica maya, realizado por un equipo euroamericano, se llevó el galardón de historia del arte por su aproximación multidisciplinar a la inyección ritual de un líquido en el recto en la civilización mesoamericana. Otros trabajos reconocidos incluyeron un estudio sobre cómo el estreñimiento afecta las perspectivas de apareamiento de los escorpiones, acreedor al premio de biología, así como una investigación que reveló que cuando una nueva pareja se encuentra por primera vez, y se sienten atraídos el uno por el otro, sus ritmos cardíacos se sincronizan, la misma que obtuvo el premio de cardiología.