Una de las primeras cosas que debemos entender es que existen varios tipos de deportaciones; entre ellas está la repatriación masiva de criminales, esta se aplica a los indocumentados que poseen antecedentes criminales y que fueron capturados por las autoridades del país de residencia y son trasladados a su nación de origen de forma colectiva.
Por otra parte, también existe la deportación de personas que, si bien no presentan antecedentes penales o policiales, no poseen la documentación reglamentaria para permanecer en ese país. En cierta medida se puede entender la primera deportación, ya que esas personas pueden representar un riesgo y gasto casi innecesario para el país. Este acto de deportar personas por el simple hecho de no tener la documentación correspondiente puede ser cuestionable.
Donald Trump, a solo dos días de asumir la presidencia de los Estados Unidos, comenzó a aplicar políticas de repatriación masiva que ya había mencionado durante la campaña y que tienen un notable foco en la comunidad latina.
Las autoridades de EE.UU. arrestaron y enviaron a su país de origen a cientos de migrantes. El propio Trump dijo que dentro de esos deportados “hay varios criminales”, lo que da a entender que había algunos sin antecedentes delictivos. Esto ha causado gran inconformidad en la comunidad internacional debido al trato que se le está dando a las personas.
Un ejemplo fue el caso de Colombia; condenó la forma en la que se está realizando el operativo. El anuncio lo hizo luego de que las autoridades norteamericanas arrestaran y expulsaran a “migrantes ilegales”, en una operación de deportación presentada por la Casa Blanca como “la mayor” en la historia.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció un trato denigrante a sus connacionales devueltos, esto al ver cómo llegaban las personas esposadas dentro de los aviones. Pero más allá de su disgusto, Petro se vio superado por las presiones de Estados Unidos y aceptó las políticas.
Lo que sí es seguro es que esto recién comienza, por lo que todos los países de América Latina se están preparando para recibir a los repatriados por Estados Unidos. Ya que, inclusive, se ha aumentado la fuerza militar en la frontera con México, que con armas de alto calibre buscan detener a las personas que llevan su mochila llena de sueños.
Pero al parecer, Trump, más allá de defender los intereses de su país, no ha calculado que, según el censo del 2023, los hispanos representaron el 19% de la fuerza laboral civil de los EE.UU., representando a 31.8 millones de personas, una cifra que ha aumentado un 69% desde 2003, una tasa de crecimiento más de 10 veces superior a la de la fuerza laboral no hispana (6%). La educación, salud, construcción, limpieza y agricultura son los ejes importantes que impulsa la comunidad latina con su mano de obra.
De igual forma, el censo del 2022 reveló que de cada cuatro extranjeros en Estados Unidos uno se encuentra indocumentado. Al menos 11 millones de personas residen irregularmente por todo el país, y el 77% lo hace desde hace cinco años o más. Por tanto, es claro que la comunidad latina tiene un impacto fundamental en la economía y fuerza laboral de ese país.
Por estas razones se puede decir que el latino que ingresa a Estados Unidos lo hace con la intención de regularizar su estatus migratorio y poder trabajar de forma honesta y con garantías legales. Este porcentaje supera en gran medida a los delincuentes.
Por otra parte, aunque hay poca información de los recluidos en el país norteamericano, la organización de los derechos humanos Human Rights Watch asegura que USA tiene 2 millones de personas presas, incluyendo centros de inmigrantes. Por lo que se puede decir que para los Estados Unidos, un indocumentado es igual de peligroso que un delincuente condenado.
A partir de ahora no se sabe qué va a pasar con los inmigrantes indocumentados dentro de Estados Unidos, o que ya se encontraban en la frontera. Lo que sí es seguro es que estas personas están viendo cómo sus planes de vida se ven frustrados, además de sentirse denigrados como seres humanos y tener que correr asustados cada vez que vean a la policía.
Aun con este contexto, dentro de todo el presupuesto que le va a llevar a Trump repatriar a estas personas, no hay un plan para regularizar la situación de los trabajadores honestos y aún más aquellos que tienen al menos 5 años en el país sin permiso y que han aportado de forma positiva a la nación. Por lo que la inversión en un sistema efectivo que permita filtrar cada caso personalizado es una política que no está dentro del plan de Trump.
Si bien las personas que emigran de su país lo hacen por diversas razones, como pueden ser malas políticas aplicadas por los gobiernos, dictaduras, motivos sociales, económicos o simplemente las ganas de cambiar de lugar y desarrollarse en otro ambiente. No tiene que ser responsabilidad de otra administración que se vea sumergida en las consecuencias.
Pero la mayoría de estas personas contribuyen favorablemente a la sociedad, cultura, economía y hasta el ecosistema políticos de los países que los reciben, siempre y cuando sean bien canalizadas las virtudes personales y se les preste la ayuda necesaria para establecerse. Pero, de ninguna manera, una persona que busque una mejor vida merece ser tratada como un delincuente por no tener visa.