– Según datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), en los primeros tres meses del año las importaciones de carne crecieron un 32,2 por ciento comparado al mismo período del año pasado. ¿Esto se ve con buenos ojos desde la Unión de Vendedores de Carne (UVC)?
– A nosotros la importación nos parece una medida excelente y que ha ayudado muchísimo a los carniceros porque si vamos 10 años para atrás, cuando no se importaba, nosotros fuimos los pioneros en importar carne desde Brasil.
La gente consume este producto continuamente debido a la importación. Acuérdense que estuvo el ganado a 560 y nosotros ni cerca de trasladar la diferencia de precio de ese tipo de carne al público porque en ese momento importábamos carne de Brasil y Paraguay y eso ayudó muchísimo.
Si vemos las líneas de compra en una gráfica con relación al precio del ganado vemos que nosotros subimos muchísimo menos. Eso es bueno para que la gente pueda consumir y que la carne uruguaya se exporte a precios caros o que se pague el ganado lo más posible.
Hoy en día en la carnicería se trabaja muchísima carne en caja, carne de exportación, porque la media res, que es la carne fresca, que viene al gancho de carnicería, cada vez se vende menos. Entonces, ¿qué pasa? Por ejemplo, si preciso 25 pecetos no puedo traer 25 medias reses, que son media vaca, porque, ¿qué hago con lo demás?. Entonces, compro una caja de pecetos y tengo siempre; lo mismo con los otros tipos de cortes. Eso ha cambiado totalmente.
– ¿Cómo repercute que esa carne esté en las carnicerías de UVC?
– También en los supermercados, aclaremos. Los supermercados trabajan más con carne importada que nosotros porque ya no trabajan media res, sino casi todo en cajas. Es más barata la carne importada que la nacional porque al estar en caja se exporta a mercados de primer nivel y la cobran bien los frigoríficos. Entonces, gracias a la importación nosotros podemos conseguirla más barata.
– ¿Cómo observan el mercado de la carne en Uruguay?
– Actualmente está en proceso de cambio el tipo de carne porque la globalización nos trae a igualarlos con el primer mundo. Aclaremos que todo esto que digo viene de hace siete u ocho años atrás o más todavía, pero en realidad está cambiándose el tipo de carne porque entra la de cerdo de Brasil, por ejemplo. ¿Cuándo comíamos una bondiola en Uruguay?. Me acuerdo que en mis primeros años de carnicero me tenían que encargar una bondiola cuando querían, por lo general en las fiestas, y salía un disparate y para conseguirla le tenía que pedir al chanchero; hoy es el corte más barato que hay. Es decir, dejó de ser el corte más caro para ser el más barato.
Todo eso influye y hoy come bondiola cualquier persona, en cualquier barrio y con cualquier poder adquisitivo; antes era imposible que un obrero la comiera. Todo eso lo trae la importación, aunque le ven el lado negativo.
Indudablemente, al pueblo en sí le favorece notoriamente porque la producción de cerdos no ha bajado, está faenándose lo mismo que se faenaba hace seis o siete años y comemos carne mucho más barata. Cuando no se importaba el cerdo se vendía un seis o siete por ciento; hoy está en el 23 por ciento de nuestras ventas aproximadamente.
Hoy se vende menos carne roja y el pollo continúa en aumento año a año de un uno o dos por ciento. Está vendiéndose un 21 por ciento de pollo en el mercado y la suprema ha bajado a la mitad de precio.
– ¿Por dónde pasan los planes de trabajo con las carnicerías que forman parte de UVC?
– Nuestros planes de trabajo son comprar en grupo, hacer negocios puntuales -las ofertas-, y publicitar nuestras ofertas para poder competir. Cuando un frigorífico tiene algún excedente -porque no venden toda la carne, sino por cortes-, como las caderas, las bolas de lomo o la aguja, tratamos de comprarlos en cantidades, como hacen los supermercados, para poner una oferta puntual con un buen margen para poder competir y tener así oferta para traer la gente a la carnicería.
– Justamente, las últimas ofertas o promociones que realizaron fueron las patitas de pollo y el peceto. ¿De cuánto fue la reducción del precio en cada una?
– Andan entre el 30 y el 40 por ciento, depende el artículo. Hemos llegado hasta un 50 por ciento. El martes pasado lanzamos el bife angosto, que nosotros estamos acostumbrados a decirle entrecot, a 389 pesos. Yo estaba vendiéndolo a 470 pesos. O sea, es una oferta notoria. Ya lo habíamos tenido una vez y había sido un éxito porque es una carne que a veces no tiene mercado y entonces se coloca acá.
También conseguimos un corte ovino que es el resto del cordero pesado que hoy en día es lo que se consume en Europa, y se manda porcionado, y le queda el cogote con un poco de aguja muy bien presentado.
Tratamos de hacer lo más que podemos porque está difícil la cosa, en el sentido de que hay mucha competencia y ha bajado el poder adquisitivo en estos últimos tiempos.
– ¿Por cuánto tiempo será esta oferta?
– Hasta agotar stock, como máximo 30 días. Anda en el entorno de las 20 a 25 toneladas.
– ¿Cuando elaboran estas promociones ven que más público que el habitual se acerca a las carnicerías de UVC?
– Sí, porque, por ejemplo, con las patitas de pollo fue un éxito. Se vendió menos pollo, bajó un poco la venta de pollo entero, pero se vendieron muchísimas patitas y la gente entraba a las carnicerías a comprar patitas. Eso se notaba.
Si la oferta pega y es muy buena hay gente. Ahora, a veces hay ofertas que no pegan mucho y entonces tienen menos efecto, digamos, pero en realidad hemos tenido buen ojo con los precios y las ofertas y nos ha ido bien.
El año pasado hicimos como 18 ofertas y anduvieron bien. Hubo algunas que fueron un éxito bárbaro y otras un poco menos, como ahora. Para mí, la oferta de las patitas de pollo fue un éxito bárbaro porque se vendía muchísimo.
