Desde sus inicios, la Liga de la Construcción ha nucleado diversos sectores industriales, que son parte fundamental de la edificación de la actual Montevideo que conocemos. Una de esas áreas son las instalaciones sanitarias, que desde 1919 ya se encontraba organizada en gremio e incluso siendo la primera asociación de empresarios de obras sanitarias. Desde entonces, comenzaron a formar parte de la Liga de la Construcción.
Años más tarde, esta asociación tuvo algunas funciones en el camino y, en el año 1982, pasó a llamarse como se le conoce al día de hoy, como: Unión de Técnicos Sanitarios y Ramas Anexas,identificándose con las siglas UISU. Dentro de esta institución se encuentra una empresa familiar creada por el húngaro, Don Andrés Wittenberger, y que casi 100 años después la empresa con el mismo nombre que su fundador se dedica a la tarea de realizar instalaciones sanitarias, la protección contra incendios y prefabricado de Sistemas.
Cuando transcurría la década de los 20, esta empresa pasa a formar parte de UISU y aunado a eso a la Liga de la Construcción. En la actualidad la empresa es administrada por la cuarta generación de la familia Wittenberger. Uno de los principales protagonistas es el docente Andrés Ribeiro Wittenberger, nieto del fundador de la empresa y del Arq. Miguel Ribeiro, bisnieto de Andrés Wittenberger e hijo de Andrés Ribeiro.
En el caso de Andrés Ribeiro, es uno de los accionistas que tiene la empresa y nos comentó que años después de la creación de la empresa en 1925, él comienza a estudiar arquitectura y sus primeros trabajos en la institución fueron como dibujante. “Luego aumentaron las responsabilidades, haciéndome cargo de la Dirección de Obras en un proceso donde también intervino mi hermano. Entre ambos, con el apoyo de nuestra madre, compramos las acciones restantes de la empresa a mis tías y primos, y en la década de los 80, nos hicimos con el 100% del capital de la empresa y al menos hasta el año 2019, ya como director y accionista me encargaba de las obras y de producción”, explicó el mayor de los Ribeiro. Quien, además, fue presidente de la Liga de la Construcción desde 2000 a 2007.
En el caso de su hijo Miguel, tiene más de 30 años en la empresa y en la actualidad se desempeña como gerente y director, encargado específicamente de la parte de protección contra incendios. Miguel Ribeiro quien además es Pro Secretario de la Liga de la Construcción, destaca que el mayor desafío es perdurar en el tiempo y adaptarse a las nuevas tecnologías: “Junto con mis hermanos somos la cuarta generación que trabaja en la empresa y estamos a meses de cumplir los 100 años. El tema de buscar innovar y traer las nuevas tecnologías está en el ADN de la institución”, remarcó.
Entre ambos explicaron que en Uruguay existe un gran compromiso y respaldo empresarial para llevar adelante las obras y que es muy bien visto por empresarios y gremios internacionales. Además, resaltan que gran parte de ese lazo de apoyo mutuo se debe a la intervención y presencia de la Liga de la Construcción. “Nosotros promovemos la defensa del trabajo, la conducta comercial y empresarial transparente, limpia y clara para todos. Eso es exactamente lo que promueve la Liga y todos sus socios, sumado a la necesidad que existe de transmitir y tener una visión compartida con respecto a la actividad”, enfatizó Andrés,
“Históricamente, a los 105 años de la Liga y casi 100 años de Andrés Wittenberger S.A. de las cosas más importantes ha sido bregar por una competencia industrial sana, en el sentido del cumplimiento de las normas y de las obligaciones, en ese punto de vista que todas las empresas sigan una misma línea. Eso creemos que ha sido la fortaleza de la Liga. Así mismo, la inversión privada e internacionales ha sido un motor importante en las obras en Uruguay” agregó Miguel.
“Tenemos clientes y empresas que han hecho buenas experiencias, generado buenos productos, dicho por actores internacionales y parte también de lo que hace la Liga es defender ese valor agregado que tenemos en el país con una calidad de industria de construcción que nos permite ser competitivos y ofrecer productos que incluso a nivel internacional son muy bien recibidos”, dijo el actual integrante de la comisión directiva de la Liga.
Desde el año 1997 la empresa sanitaria ha tenido incidencia directa e ininterrumpida dentro de la Liga de la Construcción, primero con Andrés y luego Miguel. En su momento la Liga fue parte importante en la creación de la feria de la construcción, que en la actualidad es el evento de la industria más importante de la región, por lo que la relación entre ambos es muy positiva.
A propósito del aniversario 105 de la Liga de la Construcción, ambos enfatizaron que para los próximos años les gustaría que la gremial siga por el camino del crecimiento: “Lo que esperamos de la Liga para el futuro es que pueda seguir creciendo e incorporando más actores que la enriquezcan y que puedan permitir que la Liga afronte los nuevos desafíos de la mejor manera. Además, esperamos que continúe la línea de mejorar la oferta, la calidad y la defensa de lo que ofrecen las empresas locales en el rubro de la construcción. Porque son productos de muy buena calidad y hay gran potencial en ese mercado que ayuda a todos”.
