20 años, el pueblo defendió ANCAP

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Los inicios del año 2000 fueron precipitados, en el marco de una crisis fuerte en Argentina que también tuvo su episodio en Uruguay, donde los daños en la sociedad fueron profundos. En ese escenario la movilización social en nuestro país defendía no solo un proyecto de justicia social sino una apuesta a construir un país productivo, con soberanía. Eran tiempos donde las organizaciones populares reclamábamos con marchas a punta del este, donde parecía que la democracia terminaba.

Las luchas contra la reforma educativa, sus coletazos y una forma de llevar adelante la política educativa desde el desconocimiento de los actores educativos y la falta de diálogo era también parte de la escena cotidiana.

En medio de ese escenario, el movimiento popular define dar una batalla de esas que nos caracterizan. Esas que aparecen con todo el viento en contra, que parecen imposibles pero que, aun así, sentimos que son necesarias para mantener firme nuestra soberanía.

En enero de 2022 el parlamento vota la ley 17448, que derogaba el monopolio de la importación, exportación y refinación de petróleo y el de la exportación de derivados del petróleo.

Una vez esto dado, se comenzó con la recolección de firmas para llegar la cantidad necesaria que permitiera ir a referéndum. Este se dio el 7 de diciembre de 2003, donde se logró encolumnar tras la defensa de la empresa pública, la defensa de la soberanía y la defensa del trabajo a una porción importante de la población, traspasando fronteras de expresiones partidarias. Mostrando una vez más que cuando se logra ubicar un punto de inflexión y se trabaja de manera abierta, hay una parte de nuestro pueblo que se identifica con aquellas causas justas que son beneficio de todo/as, la defensa de los pilares que hacen que el Uruguay pueda pensar un futuro desde sus fortalezas y sin injerencias externas que marquen su rumbo.

Recuerdo aquel domingo 7 de diciembre, el movimiento desde temprano que había en la calle. El rosado, que expresaba a quienes defendíamos a ANCAP y la soberanía estaba por todos lados. Jóvenes, estudiantes, jubilados, trabajadore/as, cooperativistas que estaban al pie de la lucha, dando ese último impulso. Esa noche, se supo que el 62,14% de la población había elegido la papeleta rosada en defensa de ANCAP contra la ley que dinamitaba la soberanía de nuestro país.

Aquella noche, frente al local del sindicato de ANCAP, FANCAP quienes se habían puesto desde el inicio esta epopeya al hombro, empujando al resto del movimiento social, popular y partidaria para que acompañen, se vistió de festejo. A medida que se sabían los datos, a gente se juntó a festejar, en un claro homenaje a lo/as imprescindibles integrantes de ese heroico sindicato.  Ese festejo era mezcla de alegría por la victoria popular con el reconocimiento a quienes una vez más, desafiando posibilidades y opinologos, daban muestra que lo mejor es siempre llegar con todos y a tiempo y no tanto llegar primero y solo.

Desde aquel momento, cada vez que paso por esa esquina en la calle Agraciada no puedo dejar de pensar en ese 7 de diciembre de 2003. Hace unos años, al cumplirse 10 años impulsamos junto con otro/as compañeros un homenaje a FANCAP y al pueblo trabajador, cooperativista, estudiantil, jubilado que dejó todas sus fuerzas para mantener viva la empresa pública. En ese entonces, fracasamos con total éxito.

Por eso ahora en julio de 2023, volvemos al ruedo. A 20 años de aquella gesta popular, es necesario que, en esa esquina, le brindemos homenaje al único sujeto capaz de cambiar realidades, de transformar penas en esperanzas, un homenaje al pueblo uruguayo. Que se vistió de pluralidad y apertura para dar una batalla histórica. En esa esquina, el próximo 7 de diciembre deberíamos concentrarnos todo/as quienes defendemos la soberanía. Impulsar desde las expresiones legislativas los acuerdos necesarios para reconocer que a nuestro país lo defiende el pueblo organizado.

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