La esclerosis múltiple (EM) es un trastorno del sistema inmunitario del cuerpo que ataca la cubierta protectora de las células nerviosas del cerebro, el nervio óptico y la médula espinal, llamada vaina de mielina. Esto conlleva a la destrucción mielínica de las fibras nerviosas, aunque también se dañan las propias fibras nerviosas (axones), en el sistema nervioso central.
La mielina permite a un nervio transmitir sus impulsos rápidamente. Es la velocidad y eficiencia con que se llevan a cabo estos impulsos lo que permite los movimientos suaves, rápidos y coordinados que se deben realizar con poco esfuerzo consciente. La esclerosis múltiple (EM) es una de las enfermedades más comunes del sistema nervioso central (cerebro y médula espinal). Hoy en día, más de 2.300.000 personas en todo el mundo tienen EM.
Los síntomas de la EM varían ampliamente e incluyen visión borrosa, debilidad en las extremidades, sensación de hormigueo, inestabilidad y fatiga. Para algunas personas, la EM se caracteriza por períodos de recaída y remisión, mientras que, para otros, tiene un patrón progresivo.
Cada cinco minutos alguien, en algún lugar del mundo, es diagnosticado con EM. Pero la mayor preocupación es cómo se aborda y cómo enfrentarse a un diagnóstico de EM. Explorar los desafíos que afrontan las personas en busca de respuestas y comprender la importancia vital de un diagnóstico preciso.
El diagnóstico de esclerosis múltiple se obtiene por exclusión, es decir, que no existen pruebas diagnósticas definitivas. Las imágenes de resonancia magnética pueden ayudar en el diagnóstico al mostrar placas o esclerosis en el encéfalo y la médula espinal. Otras pruebas, como la punción lumbar, la tomografía de coherencia óptica y los potenciales evocados visuales, también pueden ayudar en el diagnóstico.
Los tratamientos para la esclerosis múltiple son diferentes para cada persona, dependen del estado de la enfermedad y los síntomas. Los objetivos del tratamiento de la esclerosis múltiple son reducir la frecuencia y la gravedad de las recaídas, retrasar el avance de la enfermedad, controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
A veces se utilizan esteroides a corto plazo para tratar las recaídas. Pueden utilizarse otros medicamentos para reducir síntomas como el cansancio, la tensión muscular, la depresión y problemas urinarios o sexuales.
En Uruguay, se estima que la incidencia de esclerosis múltiple es de 3,01 casos por cada 100.000 habitantes, la más alta de Latinoamérica, similar a la media europea. Además, se trata de la primera causa de discapacidad en mujeres jóvenes.
El Día Mundial de la Esclerosis Múltiple es un día para celebrar la solidaridad mundial y la esperanza para el futuro. Está marcado oficialmente el 30 de mayo de cada año, aunque los eventos y campañas se celebran durante todo el mes de mayo.
Reúne a la comunidad global de Esclerosis Múltiple para compartir historias, sensibilizar y hacer campaña con y para todas las personas con Esclerosis Múltiple.
Esta campaña internacional, creada por la Federación Internacional de Esclerosis Múltiple (MSIF), tiene como objetivo derribar las barreras sociales que generan soledad y aislamiento social entre las personas afectadas de esclerosis múltiple. Es una oportunidad para reivindicar mejores servicios, destacar los beneficios de las redes de apoyo y promover el autocuidado. La campaña de este año aboga por un diagnóstico temprano y preciso para todas las personas que viven con EM.