El Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha advertido este domingo de que los recientes anuncios sobre la suspensión de la financiación de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA) son «desproporcionados y peligrosos». Solo en Gaza los 13.000 trabajadores de la UNRWA suministran alimentos, agua y medicinas a 1,1 millones de personas en una situación «catastrófica». Alojan además a casi un millón de desplazados en 150 refugios de emergencia y realizan unas 23.000 consultas sanitarias al día.
Borrell ha destacado en un artículo publicado en su web que aunque doce de los trabajadores de la UNRWA han sido acusados de participar en los ataques contra Israel del 7 de octubre, se han tomado medidas al respecto. Si unos médicos de un hospital europeo estuvieran implicados en actividades delictivas se realizaría una investigación y se tomarían las medidas apropiadas, pero «ningún gobierno dejaría de financiar la sanidad porque castigaría principalmente a la gente que recibe ese servicio», ha argumentado el jefe de la diplomacia europea. «Las acciones de individuos concretos jamás deben provocar un castigo colectivo sobre el conjunto de la población», ha remachado.
Incluso ha recordado que voces dentro de Israel han advertido de que si la UNRWA no existiera sería el propio Israel como «potencia ocupante» quien tendría la responsabilidad del bienestar de los palestinos conforme lo establece la Convención de Ginebra.
Para Borrell, «la responsabilidad política debe estar por encima de las emociones y considerar las consecuencias de tales medidas. Quitar la financiación de la UNRWA sería desproporcionado y peligroso» por los servicios de ayuda humanitaria, sanitarios y educativos que presta a la población palestina.
