El homicidio es cuando una persona le quita la vida a otra persona de forma violenta, pudiendo ser intencional o no y de igual forma puede ser o no ser premeditado.
Cuando la víctima es una mujer y su deceso se produjo por razones de género estamos hablando de un femicidio. Todos los femicidios son homicidios pero no todos los homicidios aunque la víctima sea una mujere son tipificados como femicidio.
Esto es debido al conjunto de circunstancias que deben existir en torno al hecho violento para ser tipificado como femicidio. Esto se debe a que la causa que desencadeno en la muerte de la víctima sea por razones de género, generalmente el femicida es una pareja o expareja de la víctima.
Generalmente antes que perpetre el homicidio existieron otro tipo de conductas abusivas como la violencia verbal, psicológica y física. Humillaciones, golpes, amenazas, control excesivo en la vida cotidiana, manipulación, son muchas las señales que prenden la señal de que esa relación puede terminar con un desenlace fatal como el femicidio.
¿Femicidio o feminicidio?
Aunque en muchas ocasiones se usan ambos términos de manera indiferente y se les califica como lo mismo lo cierto es que hay sutiles diferencias entre uno y otro que surgieron al momento de la acuñación de los mismos, aunque los basamentos jurídicos de cada país son libres de acuñarlos de manera igual o diferente.
El femicidio. La expresión “femicidio” (o “femicide” en inglés) fue acuñada por Diana Russell en la década de 1970. Surge como alternativa al término neutro de “homicidio”, con el fin político de reconocer y visibilizar la discriminación, la opresión, la desigualdad y la violencia sistemática contra las mujeres que, en su forma más extrema, culmina en la muerte. De acuerdo con la definición de Russell, el femicidio se aplica a todas las formas de asesinato sexista, es decir, “los asesinatos realizados por varones motivados por un sentido de tener derecho a ello o superioridad sobre las mujeres, por placer o deseos sádicos hacia ellas, o por la suposición de propiedad sobre las mujeres.
En el caso de feminicidio, la investigadora mexicana Marcela Lagarde acuñó el término “feminicidio”. Lo definió como el acto de matar a una mujer sólo por el hecho de su pertenencia al sexo femenino, pero confirió a ese concepto un significado político con el propósito de denunciar la falta de respuesta del Estado en esos casos y el incumplimiento de sus obligaciones internacionales de garantía, incluso el deber de investigar y de sancionar. Por esta razón, Lagarde considera que el feminicidio es un crimen de Estado. Se trata de “una fractura del Estado de derecho que favorece la impunidad”. El concepto abarca el conjunto de hechos que caracterizan los crímenes y las desapariciones de niñas y mujeres en casos en que la respuesta de las autoridades sea la omisión, la inercia, el silencio o la inactivad para prevenir y erradicar esos delitos.
En resumen, según Lagarde la mayoría de los femicidios podrían evitarse si el Estado garantizara medidas eficientes para la protección y contención de una mujer que está atravesando una situación de violencia doméstica.
Esto se ve en caso donde las denuncias por maltrato no son debidamente procesadas y no se separa a la víctima de su agresor y la justicia responde cuando ya es demasiado tarde para la víctima.
Lo mismo ocurre cuando se emite una señal de alerta para un reincidente, si ya existen denuncias previas de parte de otra víctima que logro salir de ese círculo de crueldad es motivo más que suficiente para una intervención inmediata por parte de las autoridades cuando una nueva víctima se presenta a realizar una denuncia o si la alerta viene de parte de su entorno p0orque muchas víctimas no se atreven a actuar por si solas a causa del miedo.
En conclusión, todos los femicidios son homicidios y si existieron señales de alerta que dirán indicios de que ese final podía llegar y el Estado no actuó a tiempo ya estamos hablando de feminicidio, agresor y victimario serían responsables de la muerte de la víctima. Esta misma falta de respuesta oportuna es lo que desanima a muchas víctimas a denunciar el tormento por el que pasan.
Las mujeres también deben estar atentas a las señales de alerta, los gritos, las humillaciones, minimización de sus acciones, golpear y tirar objetos durante una discusión, control, manipulación con los hijos si existen, control financiero y otras señales de violencia aunque no lleguen a la física pueden ser el primer índice de que esta dentro de una relación peligrosa.