El martes, Javier García, exministro de Defensa Nacional, celebró la aprobación en Diputados de un proyecto de ley que busca garantizar el acceso universal a los archivos sobre el pasado reciente. El proyecto, previamente aprobado por el Senado, recibió el respaldo del oficialismo en Diputados, con 49 votos a favor y 40 en contra, estos últimos todos pertenecientes al Frente Amplio. Al ser aprobado con modificaciones, fue remitido nuevamente al Senado. García expresó en Twitter: «Ya es ley. Conocer toda la verdad sin límites ni ediciones, con transparencia, para todo el que quiera, es el objetivo.»
Sin embargo en la sesión extraordinaria que tuvo lugar la pasada semana, Verónica Mato, diputada del Frente Amplio, explicó las razones detrás de su voto en contra de la ley.
Durante su intervención, la legisladora mencionó las opiniones de la archivóloga a cargo de la Secretaría para el Pasado Reciente y del Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Udelar, quienes expresaron preocupación por la implementación de la legislación en cuanto a la protección de los datos sensibles contenidos en los archivos. A su vez la legisladora del Partido Comunista dijo a Diario La R que “ya existe una normativa que es el Archivo de la Memoria que habilita trabajar con respecto a estos archivos”. Más allá de esto Mato reconoce que la omisión de reglamentar esta ley fue responsabilidad del Frente Amplio ya que su aprobación data de el año 2008.
Para la diputada opositora el proyecto aprobado “no da garantías” sino que en aras de “quitar burocracia” lo que hace es “quitarle participación a las organizaciones sociales que estaban dentro de la ley original”. Mato afirma que por otra parte la iniciativa aprobada el pasado martes “tampoco da garantías en la forma en cómo se van a habilitar esos archivos porque estos documentos contienen datos sensibles sobre las personas”. Mato aseguró a La R que estos archivos contienen testimonios obtenidos “bajo tortura”.
“Lisa y llanamente le hacían firmar a la gente bajo amenaza de ir al tacho”, relató la diputada en referencia al método de tortura conocido como “el submarino” muy extendido en las cárceles de la dictadura uruguaya por lo cual en esos documentos, según la legisladora, existe “muchos datos erróneos”. Por otra parte Mato asegura que en los archivos de la dictadura existe “muchos datos plantados” por parte del Terrorismo de Estado y argumentó que “el propio Manini Ríos lo admitió en el Senado” cuando afirmó que en esos escritos hay información que se colocó expresamente “para despistar”.
Mato sostiene que durante su tratamiento en el Senado, todas las organizaciones que comparecieron, como la Secretaría para el Pasado Reciente y la Institución Nacional de Derechos Humanos, estuvieron en contra de su aprobación. La diputada afirma que todas estas organizaciones se manifiestan de acuerdo con un mejor acceso a esta documentación pero “no de esta forma”. Para Mato no era necesario la aprobación de una nueva ley pero menos aún durante el llamado “mayo mes de la memoria” lo cual considera una “chicana” para decir “hice algo”.
“El reclamo es que a estos documentos se les de el reparo que tienen que tener”, afirmó Mato en diálogo con La R y como ejemplo citó el caso de la liberación anónima del conocido como “archivo Berrutti” que sostenía muchas cosas que eran falsas. La ley original de Archivo de la Memoria preveía la contratación de “personal idóneo en la tarea” a través de concursos pero la propuesta aprobada remite los archivos al Archivos General de la Nación. “Hoy en día el Archivo General de la Nación cuenta con solo 30 funcionarios de los cuales solamente 6 son archivólogos”. Mato asegura que esta tarea “hoy el Estado no las puede hacer”.
De acuerdo a la legisladora estos archivos “pueden servir como un documento para la justicia pero lamentablemente lo que se ha encontrado hasta ahora no habla de verdad ni dice donde pueden estar nuestros familiares” concluye Verónica Mato, hija de Miguel Mato, último desaparecido durante la dictadura.
40 años arrastrándose por los canales y las plazas llorando por conocer el contendido de los archivos y ahora que el gobierno los hace públicos están en contra, obvio se puede saber demasiado y caerse todo el relato de los desaparecidos que cada año son más. Ellos conocen bien la historia, ahora podremos conocerla todos. A mi no me importa.