José German Araújo, nace un 2 de septiembre de 1938 en la ciudad de Montevideo. Casado y padre de dos hijos, Gabriela y Diego. Fue alumno del Colegio Seminario, durante su juventud, inició un noviciado sacerdotal en las cárceles de Miguelete y Punta Carretas. A sus 15 años, decide dejar el Seminario y dedicarse a la acción social y política.
Comenzó su militancia en las filas de la Unión Cívica del Uruguay, partido político de tendencia demócrata cristiana, fundado en el siglo xx que desde el año 2008, se encuentra con un acuerdo electoral con el Partido Nacional. En poco tiempo llegó a la Secretaría General de la Juventud en Montevideo.
Su propia experiencia lo hizo generar consciencia respecto a las necesidades del pueblo y decidió dar un rumbo hacia la izquierda del país en los años 70, uniéndose al Frente Amplio en épocas de dictadura.
Política y comunicación se unieron en German Araujo, quien trabajó como periodista en Canal 12 para posteriormente tener la Gerencia de Programación y fue quien le dio la voz a la radiodifusora CX 30, La Radio; convirtiendo la ultima en un bastión de la resistencia del pueblo uruguayo contra la dictadura.
En su programa “Diario 30”, llegó a ser escuchado por 96.500 personas, diariamente a las once de la mañana, programa radial que trataba sobre reflexiones e invitaciones al accionar político. También, daba espacio a mensajes subliminales, tanto de canciones como de los informativos. Alrededor de 1980, dicho programa, llegó a ser retransmitido dos veces al día.
Su pasar por los medios de comunicación no fue sencillo; el Uruguay se encontraba en momentos críticos en temas como la libertad de expresión, lo que hizo que la CX 30 fuera sancionada y clausurada en diferentes ocasiones por transmitir en directo las deliberaciones políticas de uno de los partidos tradicionales.
Araujo se convirtió en un comunicador por excelencia, ganando espacios y vinculándose con multitudes de colegas; siempre apostando al regreso de la democracia, que posteriormente estaría relacionado a su carrera política.
Con la apertura de la democracia, Germán Araújo fue Senador de la República desde 1985, electo por el sub-lema Democracia Avanzada del Partido Comunista; su primer accionar, fue denunciar las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura.
Acusó directamente a personas como “Nino” Gavazzo y Manuel Cordero, así como a los coroneles Rama, Castiglioni, Hermida y Bronzini; principales responsables de las atrocidades cometidas. En esta ocasión, Araújo contaba con 62 personas dispuestas a atestiguar contra los acusados. También denunció la desaparición de casi 150 uruguayos, exigiendo la investigación del asesinato del Doctor Vladimir Roslik. A su vez, Araújo identificó, ante el mismo Ministro Manini, a los autores de los atentados contra locales y militantes del Frente Amplio; pero esa denuncia fue ignorada.
Cuando fue aprobada la Ley de Impunidad, Araujo, desde la radio, fue un gran impulsor para lograr el objetivo de reunir las firmas necesarias para que aquella ley se plebiscitara en la ciudadanía; reuniéndose con otros frenteamplistas, fundan la Corriente de Unidad Frenteamplista para realizar la prédica, lo que termina desencadenando su expulsión del Senado de la Republica por pare de los legisladores del Partido Colorado y el Partido Nacional, alegando el articulo 115 de la Constitución (Cada Cámara puede corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de conducta en el desempeño de sus funciones y hasta suspenderlo en el ejercicio de las mismas, por dos tercios de votos del total de sus componentes), con el pretexto de haber instigado desórdenes en las afueras del Palacio Legislativo, en momentos que el cuerpo votaba la Ley de Impunidad.
En esas instancias el Senador Araújo proclamaba: “Nosotros no podemos renunciar a las movilizaciones pacíficas, no le podemos decir al pueblo que vaya perdiendo sus instrumentos y que vaya a casa y esperen cinco años y no digan nada si hoy se sienten mal o si sienten dolor o si la promesa que se les hizo no está siendo cumplida efectivamente. Aquí lo que no se ha valorado es lo siguiente: ayer no se convocó al Palacio Legislativo y eso tiene que estar bien claro. Sin embargo, la gente vino, pero eso, había que suponerlo. Lo que ocurre, es que partimos de puntos diferentes: ustedes sostienen que esto es por la prédica de un Senador y, nosotros, creemos que este clima reinante es consecuencia del proyecto de ley que ha sido aprobado… Para nosotros lo que termina de consumarse ahora no es sólo un problema de Justicia y de Derechos Humanos; es efectivamente, un retroceso. Así lo vemos nosotros y así lo ve el Frente Amplio.” “¡Claro que sí, que yo quería hacer caceroleos! ¡Y voy a querer muchos caceroleos más si los problemas que nos aquejan no se solucionan! ¡Este Senador fue preso 163 veces! ¡Está dispuesto a morir por la democracia! ¡Ahora lucha por preservarla, aunque se le aparte del senado de la República! ¡Levanten la mano! ¡Retírenme del Senado, pero no me van a retirar de la lucha por la democracia, por la verdad y por la Justicia! ¡Viva mi país y esta democracia que vamos a preservar y profundizar!”
Estas palabras consagraron a José Germán Araújo como el Senador del Pueblo, su carrera política no terminaría ahí, ya que vuelve a ser electo por la Corriente de Unidad Frenteamplista en 1989. En el tiempo fuera del senado, escribe el libro “Impunidad: y se todos los cuentos”, Libro que compila y documenta el proceso de operaciones políticas y debates públicos que finalizan con la votación en el Parlamento de la ley de Caducidad de la pretensión punitiva del Estado, a través de una extensa entrevista del periodista Efraín Chury Iribarne.
Lamentablemente, poco tiempo después, enferma de cáncer, falleciendo un 9 de marzo de 1993 con tan solo 54 años. En ese entonces, miles de personas recorrieron a pie el trayecto desde el Palacio Legislativo al Cementerio del Buceo, donde se le realizó un homenaje. Allí hablaron Mariano Arana en representación del Senado y Líber Seregni, en nombre del Frente Amplio.
Hoy en día sigue siendo recordado como: “un gran patriota, de un gran demócrata, de un hombre lleno de ideas, de un comunicador comprometido, pero, sobre todo, es hablar de un amigo, un compañero y un ser humano cargado y motivado por múltiples reocupaciones sociales. Soy de los que creen que José Germán Araújo fue uno de los imprescindibles y los imprescindibles no se olvidan”. Las palabras de Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio en el último homenaje a Araujo.
UN GRANDE!!! con mayúscula. Ojalá tuviéramos gente con esos valores en el pobre Parlamento que tenemos.
El «Qué tal amigos» se escuchaba en todo el país. Y algo que a veces pasa inadvertdo: era un hombre muy capaz. En CX 30 LA RAdio (la dictadura le prohibió en nombre de Radio Nacional) ganó varias el Premio Ondas de España a l amejro programación radial. Coincido, ojalá tuviesemos otro Germán por acá.