En un comunicado emitido este jueves, la CEU reconoce el dolor y la incertidumbre que persisten entre los familiares y la comunidad, quienes anhelan encontrar y sepultar dignamente a sus seres queridos.
En una reciente reunión, los Obispos recibieron al Dr. Wilder Tayler, representante de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh), al Dr. Ricardo Perciballe, fiscal de crímenes de lesa humanidad, y a Nelson Villarreal, presidente de OBSUR. Durante el encuentro, se discutió cómo avanzar en la localización de los restos de desaparecidos, reconociendo que muchas personas podrían haber sido testigos tangenciales de los enterramientos.
El comunicado de la CEU destaca que muchas de estas personas, que podrían aportar información clave, temen hablar. Por ello, la Iglesia Católica en Uruguay reitera su disposición para recibir testimonios bajo estricta confidencialidad, a través de los párrocos y obispos, ofreciendo una vía segura para que estas personas puedan colaborar sin temor a represalias.
Los Obispos uruguayos han decidido renovar su ofrecimiento de ser intermediarios en la recopilación de información, con el objetivo de contribuir a cerrar un capítulo doloroso en la historia del país. «Buscamos contribuir así a la sanación de una herida que sigue abierta en el corazón de nuestro pueblo», afirman.
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