El Ejército de Israel ha emitido dos nuevas órdenes de evacuación forzada que afectan a una veintena de poblaciones del sur de Líbano, donde las fuerzas israelíes protagonizan una invasión por tierra de la región contra las milicias de Hezbolá, y para un extenso distrito del norte de la Franja de Gaza. La orden para Libano, ha anunciado el portavoz en árabe del Ejército, el coronel Avichay Adraee, afecta concretamete a 21 poblaciones, entre ellas Aita Al Shaab, Ramiya, Beit Lev, Tamriya, Kafr Hamam o Arab Al Louizeh, a cuyos residentes manda, como ha hecho en otras ocasiones, que se trasladen «sin demora» al norte del río Awali.
En Gaza, la orden se dirige a los residentes del área D5 del norte del enclave palestino, una zona que abarca más de una decena de sectores, cuya población tendrá que dirigirse inmediatamente hacia la llamada por Israel «zona segura» de la costa a través de la carretera de Saladino, que atraviesa Gaza de punta a punta.
Estas órdenes de desplazamiento forzado, cabe recordar, son entendidas por organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional o Human Rights Watch como un crimen contra el derecho humanitario internacional.
Naciones Unidas encuentra, por su parte, indicios de que Israel podría estar cometiendo un crimen de guerra al ser incapaz de proporcionar las garantías de seguridad necesarias a la población gazatí que está siendo desplazada por motivo de conflicto, como ya explicó en mayo de este año la portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Ravina Shamdasani.