La osteoporosis es una enfermedad que debilita y fragiliza los huesos, lo que aumenta considerablemente el riesgo de fracturarse e incluso después de una caída o un golpe leve. La enfermedad no presenta síntomas evidentes, por lo que muchas personas no saben que tienen osteoporosis hasta que sufren una fractura. Estas fracturas pueden alterar la vida, provocando dolor, discapacidad y pérdida de independencia. Este 20 de octubre el mundo se une para conmemorar el Día Mundial de la Osteoporosis, una fecha que nos recuerda la importancia de mantener y cuidar nuestra salud ósea y abogar por los derechos de las personas, en especial, aquellas con discapacidades relacionadas con esta enfermedad.
En el mundo, este adelgazamiento de los huesos afecta a una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres de 50 años o más que sufrirán una fractura osteoporótica. Las fracturas causadas por osteoporosis tienen un impacto devastador en millones de personas en todo el mundo y suponen enormes costes socioeconómicos para la sociedad y los sistemas sanitarios.
Sólo el 20% de los pacientes con fracturas osteoporóticas recibe un diagnóstico o tratamiento para la osteoporosis, la enfermedad subyacente. En 2010, sólo en Europa, unos 12,3 millones de personas consideradas de alto riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas no recibieron tratamiento. En Uruguay no existen datos epidemiológicos al respecto. Pueden tenerse datos indirectos por la cantidad de gente que se opera la cadera, pero se estaría subestimando porque no todas las fracturas de cadera se operan y no se están considerando otras causas.
Existen varias formas de mantener los huesos sanos, fuertes y retrasar el debilitamiento y el avance de la fragilidad del sistema osteomuscular. En primer lugar, la adopción de una dieta con el suficiente aporte de calcio para la mineralización de los huesos. Esto implica mantener una alimentación sana y equilibrada en la que estén incluidos los productos lácteos.
Una dieta saludable, balanceada y equilibrada, un paseo diario y ejercicios de gimnasia controlados, ayudan a fortalecer los huesos y evitar el debilitamiento óseo. Evitar las caídas resulta clave para prevenir fracturas y hospitalizaciones prolongadas que impactan en el avance de esta patología.