Recordemos que ya en el Código de Hammurabi (1750 A.C) se incluían una serie de referencias legales sobre la cuestión del agua. A día de hoy, hay muchas voces que aseguran que el agua ha tenido mucho que ver en las guerras contemporáneas. Lo que sí es claro es que su acceso se ha convertido en arma de guerra.
En todo caso, el aumento demográfico y las consecuencias del cambio climático son una bomba de relojería que generará cada vez más conflictos por el uso y la gestión del agua. Según diversos estudios sobre la temática, dichos enfrentamientos crecerán entre un 75 y un 95% de aquí a un siglo, como máximo.
Los países con mayor escasez de agua están en Oriente Medio y el Norte de África son las zonas más afectadas del mundo por la escasez de agua. Pero no son las únicas. Analicemos los principales problemas por regiones.
Asía y Pacífico, azotada por el cambio climático
Más de la mitad de los países de esta región son inseguros desde el punto de vista de la escasez de agua, situación que se agrava, también, con los efectos del cambio climático. Los desastres naturales son cada vez más frecuentes en esta zona del planeta. Este hecho genera mayor inseguridad para la población, sin tiempo apenas para recuperarse entre una y otra catástrofe. Es por ello que la resiliencia es una constante en los proyectos de cooperación en las zonas más vulnerables del mundo.
La contaminación del agua en esta zona del mundo es alarmante, lo que repercute en la salud de las personas y en el empobrecimiento de las tierras, además de las consecuencias que ello tiene para el ganado.
Oriente Medio y Norte de África, las zonas más vulnerables del mudo
De los 33 países con más probabilidad de enfrentarse a los problemas derivados de la escasez de agua, 14 de ellos se encuentran en esta región del mundo. Mientras que en el mundo el promedio de recursos hídricos renovables asciende a 7 453 metros cúbicos por persona y año, a esta región del mundo le corresponden 736. Un total de 51 millones de personas no tenían servicio básico de agua potable, la mayoría de ellas en zonas rurales.
África Subsahariana, otro obstáculo para el desarrollo
Dentro del grupo de palabras que nos salen cuando hablamos de África, seguro que entre ellas está la sequía. La escasez de agua es un continuo en la historia del África Subsahariana, donde los niveles de pobreza extrema son alarmantes y donde, a pesar de todo, la población sigue aumentando.
Y no solo es un problema la falta de agua, sino también la ausencia de infraestructuras que aseguren una buena gestión de los recursos hídricos en el continente.
En una región en la que agricultura y ganadería, aunque de subsistencia, son cruciales para el desarrollo de las sociedades, la escasez de agua se presenta como un verdadero drama. El aumento del precio de los alimentos a causa de las sequías y otros efectos del cambio climático están generando ya grandes movimientos de personas desplazadas a causa del hambre y la ausencia de un futuro digno.
América Latina y Caribe, de lo rural a lo urbano
Ni fuentes de agua potable ni saneamiento básico y seguro. El crecimiento de suburbios alrededor de las grandes urbes latinoamericanas, donde la pobreza es protagonista, ha impedido hasta ahora dar una respuesta a los problemas derivados del agua para la población que lo sufre. En zonas rurales el problema también es importante debido a la falta de infraestructuras que lleven agua limpia y segura. Guatemala, Nicaragua, República Dominicana, Perú y Paraguay son los países donde la desigualdad más determina el acceso (o no) a recursos hídricos.
Como ocurrió en Bolivia con la guerra del agua, los procesos de privatización y descentralización de sectores que hasta entonces habían sido públicos (como el caso del agua), no han hecho más que empeorar la situación. El aumento del coste del agua hace que este bien sea inaccesible para gran parte de la población, lo que constituye una vulneración de los derechos humanos.
Europa y América del Norte, donde crece la desigualdad
Dos de las zonas más enriquecidas del planeta, que sin embargo también son vulnerables a la falta de agua. Y los problemas se agravan allá donde más desigualdad existe, porque en esos casos, el acceso al agua puede peligrar. Hablamos de desigualdad socioeconómica pero también geográfica, ya que como ocurre en todo el mundo, la dificultad de acceso a fuentes de agua es aún más preocupante en las zonas rurales.
Puede que nos parezca mentira pero en estas dos zonas del mundo hay 57 millones de personas que no tienen canalizado el acceso a agua en sus casas. 21 millones ni siquiera tienen acceso a servicios básicos de agua potable. La situación es particularmente grave en Europa del Este, Cáucaso y Asia Central en Europa, y en México en Norteamérica.
Ya lo decía Gadafi, las guerras del siglo XXI será por el agua. Por algo EEUU hace añso tiene un ojo puesto en al Triple Frontera de Brasil, Argentina y Paraguay por la «presunta existencia de terroristas musulmanes». La madre del borrego es el Acuífero Guaraní, el segundo depósito de agua dulce del planeta si no recuerdo mal.