En el Complejo Cultural Politeama, se presentó el fotolibro Mi traje de palabras, resultado de un proyecto que promueve el vínculo entre personas privadas de libertad y la comunidad integrado por la Intendencia de Canelones, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y la Junta Departamental.
Durante meses, los participantes del taller crearon cuentos sobre superhéroes que posteriormente compartieron con los niños y niñas de la Escuela Nº 1. Los estudiantes diseñaron trajes basados en esos relatos, que luego fueron recreados por los autores de estas historias. Los propios participantes del taller son quienes lucen los diseños cuyas fotografías acompañan la edición. La Prosecretaria de la Intendencia de Canelones, As. Soc. Silvana Nieves, señaló el valor transformador del proyecto, que permite fomentar la imaginación en la infancia, generar reflexiones en los adultos y materializar reivindicaciones tanto en derechos como en reinserción, desde un enfoque que combina diferentes aportes institucionales.
El integrante de la Coordinación del Gabinete Social, Gerardo Bruzzone, destacó el objetivo de conectar «el adentro con el afuera» y fortalecer la comunicación entre las comunidades, consolidándose como un puente entre el interior del centro penitenciario y el exterior.
Bruzzone remarcó el trabajo colaborativo de distintas áreas de la Intendencia, como la Dirección de Desarrollo Humano, la Dirección de Derechos Humanos y la Dirección de Cultura. Por su parte, el Presidente de la Junta Departamental, Daniel Pereira, destacó el compromiso institucional al colaborar en la impresión del libro y subrayó la importancia de respaldar iniciativas con miradas diferentes que generan acciones significativas, conectando historias de vida con la educación y la sociedad. Durante la actividad, dos de los protagonistas del libro compartieron su experiencia al participar en su creación. Lucas y Maximiliano, resaltaron que el proyecto les permitió dar vida a personajes que crearon para los niños y niñas, expresando su satisfacción personal al imaginar que sus historias llegarán a futuras generaciones, incluyendo a sus propias familias. También destacaron el proceso de descubrimiento personal que vivieron al desarrollar los superhéroes de las historias.
