Las primeras declaraciones de los algunos de los miembros propuestos por el Presidente electo Orsi en la gestión de los temas educativos, especialmente de las dos mujeres que provienen del cuño sindical del magisterio, la candidata a ser designada subsecretaria del MEC y la propuesta como consejera del CODICEN, una del Partido Comunista y la otra Seregista, plantean claramente el posible escenario de cuáles serán las políticas pública del próximo Gobierno del FA en los próximos cinco años, que estarán marcados por el desmantelamiento de la transformación educativa. Como se ha planteado desde el propio Presidente Electo que no existe un espíritu de transformación de tipo vareliano, como eje de la política de Gobierno 25-30 de la Educación, o sea de grandes transformaciones, y salvo sus propuestas de último momento de entregar más becas a estudiantes y alcanzar con ello las 60 mil becas para con ello influir en la terminación del bachillerato a través de un aumento de las actuales existentes (14 mil) y además un aumento para alcanzar a 25 mil pesos por beca y complementariamente entregar a las familias 2500 pesos como apoyo para el inicio de los cursos escolares, cabe reflexionar sobre todos los ejes que caracterizarían al próximo gobierno en lo educativo.
Obviamente el cumplimiento de las propuestas del candidato en las elecciones, serán los primeros ejes, que implicarán cerca de 40 millones de dólares que o deberán producirse una reubicación de las partidas presupuestales del ejercicio 25 o que se derivarán para su inicio en el 2026 con su incorporación en el nuevo Presupuesto Nacional para el período 2026-2031.
Estas propuestas e iniciativas, marcan una modalidad de política pública consistente en entrega de incentivos monetarios – complementarios a los existentes de gratuidad, alimentación y asignaciones familiares a los estudiantes de primaria y gratuidad y descuentos de boletos y una amplia cantidad de becas para estudiantes del ciclo medio. Ello ha sido también la tónica del presente gobierno en la política por ejemplo del MIDES y en las propias propuestas del candidato Delgado, aunque, en su caso, ello estaba planteado asociado a resultados.
Aquí, el debate como siempre en estos casos, está en la asociación de estas transferencias a los resultados. Sin embargo, cabe asumir que las becas proyectadas, como las actuales, están en parte asociadas a resultados medibles de aprobación y que las transferencias se asociaran como con la asignación familiar a que los niños al menos asistan a clase. Indudablemente este tipo de política, como se ha analizado ampliamente en el sector terciario con las Becas del Fondo de Solidaridad, permiten alcanzar mejores resultados a los estudiantes beneficiados.
Pero más allá de estos compromisos, las autoridades propuestas se han focalizado en un conjunto de orientaciones que marcarán su accionar y que se focalizan claramente en un discurso anti-transformación educativa.
Desde “los docentes y los sindicatos deben cogobernar la educación” (reincorporar a los representantes sindicales en los organismos de dirección, y cambiar la Ley de UTEC de su gobernanza), “hay que revalorizar la libertad de catedra del docente … y hay que tener confianza en ellos… los programas son secundarios y los docentes pueden desarrollar sus propios perfiles” (dar libertad de catedra en la enseñanza por encima de los programas establecidos), o “el currículo debe ser expresión colectiva en dialogo de lo que se debe estudiar como uruguayos y de nuestro futuro” (modificar los programas actuales para que ellos representen enfoques de toda la sociedad en un diálogo curricular), “trabajar focalizadamente en coordinar la educación pública y especialmente de la UDELAR con UTEC y la ANEP (abandonar el marco de la coordinación de la educación nacional por una focalización en lo público), “los docentes no pueden estar para llenar formularios” (contra los sistemas de medición de rendimiento y de evaluación).
Es claro que estas orientaciones no salen del aire. Fueron los planteamientos contra la Ley de Urgente Consideración en la votación parlamentaria, fueron los argumentos de la recolección de firmas para el Referéndum derogatorio de la Ley y la campaña posterior, y luego de haberse perdido el referéndum, fueron las bases del Programa de Gobierno del FA frente a la ciudadanía que le dio los votos, y serán por ende los ejes centrales de sus políticas. También hay muchas otras referencias directas de cambios como contra el Decreto de Regulación de la Educación Privada o el sistema de evaluación para acceder a un título de Licenciado en Pedagogía como proceso de universitarización de su formación docente para los actuales docentes. Todo parecerá, aunque seguramente algunos trataran de disfrazarlo, que cualquier otra política será secundaria o complementaria, o incluso cortina de humo, de la política central que será instrumentar “la reforma de la anti-transformación educativa”. Nada es más parecido a lo que aconteció con el inicio del Gobierno del FA en el 2005 cuando desmantelaron la Reforma instrumentada por Germán Rama. Nada más trágico para el país en este mundo que la resistencia al cambio.