El ministro del Interior, Carlos Negro, presentó este martes las líneas estratégicas y principios rectores de seguridad a las principales autoridades policiales del país. El encuentro se realizó en la Dirección Nacional de la Guardia Republicana y contó con la participación de la subsecretaria del Ministerio del Interior, Gabriela Valverde, el director general de Secretaría, Gerardo Siri, y el subdirector general de Secretaría, Rubén Amato, entre otros altos funcionarios.
Durante la reunión, que incluyó a los nuevos Jefes de Policía Departamentales, Directores Nacionales y Generales, así como al Director de la Policía Nacional, José Manuel Azambuya, se discutieron las prioridades de seguridad para la nueva gestión. El ministro Negro subrayó la importancia de la seguridad como un derecho humano fundamental, destacando el rol crucial de la Policía en garantizarla.
En su intervención, Negro hizo hincapié en la necesidad de reforzar el patrullaje y la presencia policial en las calles para mejorar la protección ciudadana y combatir la criminalidad. Además, señaló que las políticas de seguridad serán orientadas por evidencia y resultados concretos, y advirtió que los responsables de delitos graves deben ser conscientes de que serán capturados.
Se anunció que, a partir de la segunda quincena de marzo, el ministro y su equipo realizarán visitas a las Jefaturas de Policía y a las direcciones nacionales y generales para evaluar el trabajo y reforzar la coordinación en todo el país. Los nuevos Jefes de Policía y Directores Nacionales y Generales asumirán formalmente sus cargos en una ceremonia que se llevará a cabo el miércoles 5 de marzo a las 18:00 horas en la Dirección Nacional de Educación Policial.
Seria bueno saber cuales son esas nuevas lineas estrategicas
Esperemos que no saquen a la policia la defensa propia
Por lo pronto la primera imagen fue aberrante en palabras del ministro: derrota contra el narco y control del mercado (próximas reuniones con la banda de los Colo, Albín y Suárez?).
Es gente que se beneficia de tenernos cautivos a los decentes.