El cardenal australiano George Pell, Prefecto emérito de la Secretaría para la Economía, falleció en Roma. Tenía 81 años. El purpurado murió a causa de complicaciones cardíacas surgidas tras una operación de cadera programada desde hacía tiempo. Hace unos días había concelebrado los funerales de Benedicto XVI en la plaza de San Pedro.
Pell -que sufría desde hace tiempo problemas cardíacos y tenía implantado un marcapasos desde 2010- se encontraba en Roma, adonde había regresado en septiembre de 2020, dos años después de someterse a un juicio en Australia por acusaciones de abusos sexuales a menores en la década de los ’90.
En junio de 2017, el cardenal había sido puesto en prisión preventiva y había regresado a su país para ser juzgado. El Papa Francisco le había concedido un periodo de licencia para poder defenderse de las acusaciones. Tras un largo procedimiento judicial, el Tribunal del Condado del Estado de Victoria había ordenado la detención del cardenal, revocando la libertad bajo fianza que se le había concedido tras su imputación en diciembre de 2018. Condenado en marzo de 2019 a seis años de prisión, el Tribunal Supremo de Australia, a la vista de los numerosos defectos formales en los procedimientos del juicio señalados por el juez Mark Weinberg, admitió la solicitud de apelación presentada por los abogados de Pell.
El cardenal fue así completamente exonerado por una sentencia del Tribunal Superior en abril de 2020.
El fallo fue acogido con satisfacción por la Santa Sede, que afirmó en un comunicado que siempre había confiado en la autoridad judicial australiana.