La reina Isabel II ha fallecido a los 96 años, tras 70 años y 214 días en el trono y se ha constituido como la segunda monarca más longeva de la historia, sólo por detrás del rey Luis XIV de Francia que ostentó el cargo durante 72 años y 110 días.
Reino Unido y otros catorce estados independientes que forman parte de la Commonwealth despidieron a Elizabeth Alexandra Mary, que accedió al trono el 6 de enero de 1952, fecha en la que falleció su padre, el rey Jorge VI, aunque su coronación se produjo 16 meses más tarde.
Isabel II escaló en la lista de monarcas con más días al frente de un país al superar la barrera de los 70 años y 126 días y quitarle el segundo puesto al rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia. La monarca se convirtió en reina a los 25 años, después de la prematura muerte de su padre, Jorge VI, que también había asumido las riendas del país de forma inesperada por la abdicación de su hermano Eduardo VIII, después de que este renunciase al trono por el rechazo a su matrimonio con la estadounidense Wallis Simpson.
De imediato que murió su madre, Carlos, de 73 años, asumió el trono como «Carlos III de Inglaterra». Lamentó en un comunicado el fallecimiento de su madre, Isabel II, «un momento de la máxima tristeza» que ha sentido como propio y que también ha extendido a todo el conjunto de ciudadanos de Reino Unido y de la Commonwealth.
«Lloramos profundamente el fallecimiento de una soberana preciada y de una madre muy querida», ha dicho el nuevo monarca. «Durante este periodo de luto y cambio», el rey ha dicho que tanto él como su familia se sentirán arropados por «el respeto y el profundo afecto» que los ciudadanos siempre han profesado hacia su difunta madre, fallecida a los 96 años.
A la sombra de su madre
Carlos, nacido en Londres en noviembre de 1948 bajo el nombre secular de Carlos Felipe Arturo Jorge, acudió con apenas tres años a la coronación de su madre, convirtiéndose inmediatamente en duque de Cornualles, título que la corona británica concede a los herederos al trono. Con 33 años, el príncipe Carlos contrajo matrimonio con la aristócrata Diana Spencer, culminando así un breve noviazgo con una ceremonia que fue retransmitida por los medios de comunicación y que fue vista por 750 millones de personas.
Al año siguiente, en 1982, Diana dio a luz al primer hijo del matrimonio, el príncipe Guillermo, y apenas dos años después, en septiembre de 1984, nació su hermano, el príncipe Enrique. Después de once años de matrimonio y conocidos por sus numerosas giras por el extranjero, los príncipes de Gales anunciaron su separación y, más tarde, ya en agosto de 1996, se certificó el divorcio. En agosto 1997, cuando Diana se encontraba de viaje en París, sufrió un accidente automovilístico en el que perdió la vida, tras lo que Carlos se trasladó a la capital francesa para recuperar el cuerpo de su exmujer y trasladarlo a Londres.
Después de anunciar su separación de Diana, Carlos confirmó una relación sentimental con Camila Parker, a quien ya conocía desde hacía años. De hecho, el heredero concedió una entrevista para la BBC en 1994 donde confirmó haberle sido infiel a Diana con Camila.
Finalmente, tras décadas de noviazgo, la pareja contrajo matrimonio en abril de 2005 en una ceremonia civil celebrada en Windsor y con cerca de 800 invitados. Tras este momento Camila pasó a ser reconocida como duquesa de Cornualles.