Se inició la semana pasada el tercer paso de la nueva política de formación docente marcada por su universitarización o elevación del nivel actual terciario a un nivel universitario, con la instalación del Consejo Consultivo de Formación Universitaria en Educación. Es este nuevo momento en el camino de la Reforma de la Formación Docente. El primero paso fue la aprobación del marco normativo a través de la LUC o Ley 19.889, y su ratificación con el Referendum. El segundo fue el establecimiento de estándares y criterios con el Decreto 338/20. Y finalmente el tercer momento lo constituye el inicio del funcionamiento del Consejo Consultivo cuya finalidad es proponer al Ministerio de Educación y Cultura, las denegatorias o reconocimientos del nivel universitario de carreras de formación docente impartidas por entidades públicas no universitarias.
La Ley referida dispuso la creación de un procedimiento voluntario para el reconocimiento del carácter universitario de carreras de formación en educación impartidas por entidades públicas no universitarias y la creación de éste Consejo Consultivo de Formación Universitaria en Educación para llevar adelante los procesos de evaluación y asesoramiento al MEC. Ello se desarrolla bajo un mismo enfoque institucional a través de Consejos Consultivos honorarios con representación plural y equipos especializados. En un caso es la que recomienda el reconocimiento universitario a las ofertas de nivel terciarias y universitarias de las instituciones privadas, de acuerdo a lo dispuesto por el Decreto N° 308 de 1995 y sus posteriores actualizaciones. Igual enfoque se da con la existencia de una Comisión Asesora en Educación Terciaria y Universitaria Policial y Militar, que actúa en las solicitudes de reconocimiento de nivel académico de las carreras terciarias y universitarias de grado y postgrado, presentadas por el Sistema de Educación Policial y Militar a través de los Ministerios de Interior o de Defensa Nacional, atento al Decretos N° 376 del 2001 y su actualización por el Decreto 221 del 2018. Igualmente, bajo éste enfoque se ha creado una Comisión Asesora en Educación Artística que tiene como cometido asesorar al MEC en las solicitudes de reconocimiento de nivel académico de carreras terciarias presentadas por las Escuelas del SODRE.
En este caso, el Consejo de Formación Universitaria en Educación, tiene por fin asesorar en relación al cumplimiento de los criterios establecidos previamente y a los que el propio Consejo disponga, en relación a la formación académica y profesional, inicial, continua y de postgrado, de técnicos, maestros, maestros técnicos, docentes de educación media y de educación física y educadores sociales. Ello con miras a que el MEC le otorgue el reconocimiento de su carácter universitario y de calidad. Este Consejo Consultivo, actuando con autonomía técnica, asesorará en el reconocimiento de los programas que voluntariamente se presenten y podrá designar evaluadores expertos, con independencia de criterio y solidez técnica, de entre un Banco de Pares. El reconocimiento del nivel universitario que otorga el MEC y que tiene vigencia por 6 años, será por cada carrera y para cada sede o región en la que sea ofrecida, tanto de programas existentes o que se quiera crear, y complementa el título profesional que habilita para el ejercicio de la función docente. El Consejo es honorario y está integrado por seis personas con sus alternos, designados por el Poder Ejecutivo, tres a propuesta del MEC y los restantes uno por la Administración Nacional de Educación Pública, uno por la Universidad de la República y otro por el Consejo de Rectores de las universidades privadas.
El acto de reconocimiento universitario establecido dispone de criterios especiales en cuanto al diseño curricular, composición del cuerpo docente, investigación y vínculos con el medio sobre la base de estándares básicos. Entre ellos se establece que las instituciones podrán disponer que sólo hasta un 33% de las horas de docencia directa puedan sean impartidas a distancia, estableciéndose criterios mínimos para las licenciaturas (3.000 horas y cuatro años), y en los cursos de posgrado de especialización (360 horas y un año), de maestría (500 horas y dos años) y de doctorado (3 años). Igualmente, el MEC dispuso que se reconocerán carreras que fomenten el desarrollo de la investigación y que 75% del total de horas de clase sean dictadas por formadores que al menos tengan una licenciatura universitaria o un título de formación docente otorgado por ANEP; que 50% de las horas sean dadas por profesores con una maestría universitaria y 20% con doctorado. Además, que el 20% de las horas de clase que reciba cada estudiante deberán estar a cargo de formadores con experiencia de investigación y productos publicados durante al menos los últimos cinco años. Finalmente se dispuso que el 10% de las horas de clase deben estar a cargo de profesores que al mismo tiempo sean integrantes del Sistema Nacional de Investigadores. También se establece que las carreras no contarán con una tesis ni trabajo final de grado, pero para obtener el título de licenciados los profesionales de la educación deberán rendir una “prueba de certificación final”, administrada por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa que evaluará conocimientos y competencias en manejo de lengua española, aplicación de útiles matemáticos y estadísticos básicos, y argumentación y organización de textos, así como habilidades tecnológicas y digitales entre otras.
Los criterios que se han formulado, están impulsando al interior de las diversas carreras y de los 32 establecimientos de formación en educación dependientes de la ANEP, múltiples acciones para adquirir esos niveles de formación universitaria en términos académicos, curriculares y pedagógicos acorde a los nuevos estándares mínimos establecidos. Incluso se ha abierto el camino de exámenes para que los anteriores egresados tengan esos niveles de reconocimiento. Será sin duda un tema de recursos y de políticas que se deberán ir profundizando y precisando para que se alcance realmente el nivel universitario establecido. De cumplirse este gran objetivo, la calidad de los docentes de las diversas carreras reconocidas del Consejo de Formación en Educación (CFE) estarían por encima de los otros niveles de formación de las universidades públicas y privadas. Sería realmente un logro, y un sueño de muchos largamente deseado, que la formación docente sea el mejor nivel de formación universitaria en el país. Es un largo camino académico a recorrer. Sin duda, existe el riesgo es ser muy exigente, como lo fue el IPA en sus primeros años y que determinó un carácter muy elistista o actualmente la muy baja tasa de egreso con la mayor tasa de deserción de la educación superior del país. Se verá en su momento. Lo importante es que la reforma avanza un casillero muy fuerte en términos de exigencia de calidad.