El presidente de Argentina, Alberto Fernández, le pidió la renuncia a uno de sus alfiles más cercanos y uno de los miembros del gabinete económico, el ministro de Producción, Matías Kulfas, luego de que la vicepresidenta Cristina Kirchner cuestionara públicamente información off the record en su contra, que habría surgido de su cartera.
Más allá del hecho puntual, se trata de uno de los funcionarios apuntados por la vicepresidenta en repetidas oportunidades. Según aseguraban hace meses en el Gobierno, no estaba en los planes del Presidente desplazarlo, aunque recientemente habían retirado de su órbita la secretaría de Comercio -que estaba a cargo entonces del kirchnerista Roberto Feletti- para ponerla en manos de Economía.
“Muy injusto y, sobre todo, muy doloroso que este tipo de ataques lo ejecuten funcionarios del propio gobierno del Frente de Todos. Lo peor de todo: sin dar la cara, en off, mintiendo y utilizando periodistas”, había dicho este mediodía Cristina Kirchner.
Ese mensaje iba acompañado de una captura de un mensaje en off distribuido desde el Ministerio de la Producción a distintos periodistas el día previo, poco después del discurso durante el aniversario de YPF donde Cristina Kirchner le pidió a Alberto Fernández que “use la lapicera”. El mensaje off the record que surgió, según Enarsa, desde Producción, decía: “La lapicera la tienen que usar los funcionarios de Cristina, que fijaron las condiciones para darle la construcción de las cañerías del gasoducto de Vaca Muerta a Techint. Es IASA, con funcionarias designados por ella, quienes hacen las licitaciones”.
Cambios en el Gabinete
La salida de Kulfas es la primera después de meses de especulaciones sobre cambios en el Gabinete. Desde el entorno de Alberto Fernández le exigían que removiera a los funcionarios kirchneristas reacios a seguir sus instrucciones. Especialmente los jefes del área energética, Federico Bernal y Federico Basualdo, que se mostraban críticos de la gestión de su jefe, el ministro de Economía, Martín Guzmán, que funciona bajo las órdenes del primer mandatario.
Del otro lado, el kirchnerismo exigía el desplazamiento de Kulfas, de Guzmán y del titular de Trabajo, Claudio Moroni. Por considerar que sus respectivas administraciones no estaban a la altura de las necesidades para paliar la crisis económica que atraviesa el país después de la pandemia y a raíz del acuerdo por la deuda con el FMI.
En los días previos a Semana Santa, el Presidente había amenazado con hacer algunos movimientos en desmedro del ala kirchnerista, que nunca ejecutó. Y hoy, finalmente, contra los pronósticos y pedidos de su círculo íntimo, terminó cediendo ante las exigencias para desplazar a Kulfas.
El ministro de Producción había sido uno de los principales apuntados por Cristina Kirchner durante un discurso. Donde recordó que había publicado un libro titulado Los tres kirchnerismos, donde cuestionaba la gestión económica durante su mandato.
Hace tres semanas, el Presidente había decidido remover de la órbita de Kulfas a la secretaría de Comercio Interior. Que pasó entonces a formar parte de Economía, bajo órdenes de Guzmán, quien nombró en ese lugar a un hombre de su confianza, Guillermo Chang. Tanto desde la Presidencia como desde Producción aseguraron que el traspaso del organismo lo había consensuado, y que Kulfas estaba de acuerdo.