La justicia uruguaya resolvió absolver a Ángel «Cachila» Moreira de los delitos que se le imputaron por el asesinato de la adolescente argentina Lola Chomnalez, a quien mataron en 2014 en Valizas (Rocha), tras entender que no hay elementos para condenarlo por este delito. Frente a esta situación, el hombre dejó la cárcel de Cerro Carancho, en Rivera, y recuperó la libertad alegando: «Pedí a Dios que me soltara porque soy un hombre inocente».
«Quiero ver a mis hijos que hace tres años que no los veo», fue lo primero que dijo a los medios presentes al momento de su salida de la cárcel.
«Pasé mal ahí. En la cárcel de Rocha casi me mataron, pasé mal. Estuve dos meses durmiendo en un calabozo, tapado solo con una bolsa. Estoy mal», contó «el Cachila». Quien además agregó: «Y acá (en relación a la cárcel de Cerro Carancho), gracias a Dios, pasé bien».
En rueda de prensa más temprano, el abogado de Moreira había dicho: «Le decían que si se autoincriminaba podía tener una mejor pena en el resultado final del juicio». Asimismo, el magistrado afirmó que Moreira «no se encontraba en el balneario de Valizas» al momento del crimen, «tal como circulaban los rumores por los medios de comunicación».
El juez argumentó su decisión de absolver a Moreira del delito de encubrimiento basándose en que «la sola voz de Moreira relatando hechos poco creíbles, por un lado, y contradictorios con respecto a las pruebas que se han acumulado, demuelen cualquier estructura seria que pretenda responsabilizar con certeza jurídica a una persona de la comisión de un delito».