Militares del Ejército israelí han matado ayer a una mujer palestina desarmada en la localidad cisjordana de Husan, cerca de la ciudad de Belén. Fuentes militares israelíes han informado de que la mujer se aproximó a «de forma sospechosa» a los soldados y un portavoz militar confirmó posteriormente que la mujer estaba desarmada, según recoge el diario israelí ‘The Times of Israel’.
«Los efectivos abrieron fuego dentro del procedimiento de detención de una sospechosa que incluye disparos al aire. Ella no se detuvo, así que los militares le dispararon en la parte inferior del cuerpo», ha indicado el Ejército en un comunicado. Los militares prestaron los primeros auxilios a la mujer, identificada como Ghada Ibrahim Alí al Sabatín, de 47 años, y fue trasladada al hospital de Beit Yala, donde falleció debido a la pérdida de sangre por una herida en la arteria femoral, según ha informado el Ministerio de Sanidad palestino, citado por la agencia de noticias palestina Wafa.
Las imágenes del incidente muestran a la mujer alzando las manos mientras se aproximaba rápidamente al control militar isralí y cómo cae después de que los soldados abran fuego.
Un concejal de la localidad de Husan, Taha Hamamra, ha explicado que Al Sabatín no obedeció cuando le dieron el alto. «Le dijeron que parara. Ella siguió avanzando y dispararon», ha relatado. Hamamra ha indicado que Al Sabatín era viuda y madre de seis hijos. Vivía con ellos y con sus padres en esta aldea situada cerca del muro de separación instalado por las autoridades israelíes para separar Cisjordania. Vivió durante años en Jordania, pero regresó a Cisjordania cuando falleció su marido.
Las autoridades israelíes han alertado en anteriores ocasiones de casos de «suicidio» en los que las mujeres palestinas fuerzan que policías o militares israelíes les disparen.
Este incidente se produce en medio de un incremento de la tensión y después de que el Ejército israelí haya llevado una serie de operaciones en Cisjordania durante las últimas 48 horas contra los domicilios familiares de los autores de los atentados de las últimas semanas en Tel Aviv y Bnei Brak — tres muertos en Tel Aviv el viernes y cinco a finales de marzo en la cercana Bnei Brak — y en busca de indicios de próximos atentados. Estas redadas se han saldado con al menos un palestino fallecido, identificado por Israel como un miliciano de la organización terrorista Yihad Islámica, y casi una veintena de heridos, en medio de fuertes enfrentamientos con la población civil.
«Licencia para matar palestinos»
La Autoridad Palestina ha acusado al primer ministro israelí, Naftali Bennett, de haber concedido una «licencia oficial para matar palestinos» después de que éste declarara que «Israel pasa al ataque» a «rienda suelta» en represalia por los atentados de las últimas semanas en Tel Aviv y Bnei Brak.
En su Consejo de Ministros de este domingo, Bennett ha asegurado que estas operaciones son el principio de una gran operación para «ir a por cualquiera que haya tenido conexión directa o indirecta con los ataques».
«El Estado de Israel», ha asegurado, «pasa al ataque y el Ejército israelí y los servicios de Inteligencia actuarán a rienda suelta para combatir el terrorismo». En respuesta, el Gobierno palestino ha condenado las declaraciones del primer ministro como un «intento de engañar a la comunidad internacional» al declarar a Israel, «potencia ocupante, como un estado que ‘se autodefiende’ y ahora pasa ‘al ataque'». Declaraciones como las del primer ministro, añade el Ministerio de Exteriores palestino, «ignoran el hecho de que Israel está ocupando el Estado de Palestina y lo está usurpando por la fuerza».
«El Ministerio responsabilizó total y directamente al gobierno israelí de Naftali Bennett por estas odiosas declaraciones y por sus consecuencias», añade la nota. El Gobierno palestino hace así un llamamiento a la comunidad internacional, y las organizaciones humanitarias para que «se tomen en serio» unas declaraciones que representan «un permiso oficial israelí para practicar ejecuciones extrajudiciales», según un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias palestina Wafa. Los comentarios, añade el Ministerio, «suponen una violación flagrante de las normas del derecho internacional, el derecho internacional humanitario, las Convenciones de Ginebra y los principios del Estatuto de Roma que cimentan el Tribunal Penal Internacional».