Se celebró en la Unidad N°2 (San José) el 12° aniversario del Instituto Nacional de Rehabilitación. En su discurso, el director del INR, Luis Mendoza, repasó la gestión 2022 del Instituto. Entre otros datos destacó el avance en la formación de policías penitenciarios, el fortalecimiento de los programas educativos y laborales y la baja en la cantidad de muertes en privación de libertad que se redujo en un 51% comparando con 2021.
“Seguiremos enfocando nuestros esfuerzos para reducirlas, esto seguirá siendo uno de nuestros objetivos prioritarios. Este trabajo operativo no es un fin en si mismo, sino que forma parte de las medidas necesarias para poder establecer las condiciones de paz y de tranquilidad que son finalmente el soporte y la esencia de nuestra misión”, señaló.
Por su parte, el director de Convivencia y Seguridad Ciudadana, Santiago González, enfatizó en los avances del Plan Dignidad Carcelaria a nivel nacional. “Que arrancó porque había 1.880 personas durmiendo en el piso y continuó porque teníamos 1.000 hectáreas en todo el país y continuó porque queríamos que los privados de libertad trabajen y hoy tenemos 266.000 kilos de comida producida en nuestras chacras, arrancando en 2020 en solamente 40.000 kilos. Tenemos ladrillos, tenemos bloques, tenemos gente que vive en las chacras y la posibilidad de que cada día agarren más oficio y oportunidad.”, dijo.
En tanto, el Ministro del Interior, Luis Alberto Heber, destacó el avance en la construcción de nuevas plazas y cómo las mejoras edilicias impactan positivamente en las condiciones de reclusión. Entre otras obras se construyó una nueva cárcel en Tacuarembó (Unidad Nº 26) que permitió mudar el antiguo establecimiento del centro de la ciudad y se amplió la Unidad Nº 22 (Rocha) con la construcción de un nuevo sector. Asimismo, hay obras en curso en Artigas (Unidad Nº 21) y se proyectan otras en Treinta y Tres (Unidad Nº 23), en la Unidad Nº 6 (Punta de Rieles) y en la Unidad Nº 5 (Mujeres). “Vamos a seguir trabajando para callar bocas y para levantar ladrillos y dar una mano a consciencias que a veces porque se han desviado no están perdidas, sino que precisan de la mano del Estado para poderlos traer, insertarlos nuevamente en la sociedad.”, reflexionó Heber.
Pueden dar todas las cifras que quieran, cada día se hace más difícil creerles.