El gobierno liberal de Emmanuel Macron se dispone a activar este jueves un polémico procedimiento para adoptar su impopular reforma de las pensiones sin el voto de los diputados al fracasar en su intento de asegurarse la mayoría necesaria.
Esta activación final del artículo 49.3 de la Constitución, es una herramienta legal muy polémica en Francia, que podría recrudecer la tensión con los sindicatos, que este jueves habían llamado a impedir esta reforma y que ya organizaron protestas masivas durante dos meses.
Macron ha escogido recurrir al 49.3 y el Consejo de Ministros dio su visto bueno, indicaron fuentes del ejecutivo, minutos antes del inicio de la sesión de la Asamblea Nacional (cámara baja) que debía pronunciarse sobre la reforma.
Élisabeth Borne, primera ministra, será la encargada de anunciar la activación de dicho mecanismo que implicaría la adopción definitiva de la reforma, si los diputados no logran aprobar una moción de censura contra el gobierno.
Macron quiere retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de cotizar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa. Dos de cada tres franceses se oponen, según los sondeos.