El jefe de ACNUR, Filippo Grandi, ha advertido de que «las necesidades son enormes» y «los recursos escasean». «Hace falta ayuda, ¡urgentemente!
«, ha reclamado, en un llamamiento para atender a quienes siguen abandonando sus hogares y llegando a países como Egipto, Sudán del Sur y Chad, entre otros.
Entre quienes buscan una mínima seguridad en estos países están ciudadanos sudaneses, pero también refugiados. Antes del conflicto, Sudán tenía en su territorio a más de un millón de refugiados, en su amplia mayoría procedentes del vecino Sudán del Sur, que se declaró independiente de la parte norte en el año 2011.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ya alertó el lunes, además, que los combates han elevado en más de 700.000 la cifra de desplazados internos en Sudán, donde ya había 3,7 millones de personas fuera de sus hogares antes de la reciente escalada de la violencia. La ONU ha advertido de la especialidad vulnerabilidad de desplazados y refugiados y ha pedido medidas para poder repartir ayuda humanitaria.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que entre dos y 2,5 millones de personas puedan empezar a pasar hambre en los próximos meses, lo que implicaría que más de 19 millones de personas, dos quintas partes de la población del país africano, sufran inseguridad alimentaria a corto y medio plazo.