¿Cuál es el análisis que realizan sobre la Ley aprobada en el Parlamento que plantea reformar la Seguridad Social?
La Confederación de Cámaras Empresariales (CCE) ya desde 2019 en la campaña electoral elaboró un documento que se entregó a todos los candidatos a Presidente en el que planteaba, entre otras cosas, la necesidad de concretar una reforma previsional en el período por una serie de razones.
Se aspiraba a que la reforma contase con el más amplio apoyo para que sea una reforma sostenible en el tiempo y una política de Estado en cierta medida. Esto no se logró, pero igual entendemos que la reforma en términos generales va en la dirección correcta.
La necesidad de hacer la reforma era bastante evidente. Había consensos a nivel de los distintos partidos políticos de que era necesario avanzar en este tema y todavía no se había hecho nada. En primer lugar, por aspectos demográficos: La esperanza de vida ha aumentado, la tasa de natalidad es muy baja, de 1.3, similar a los países desarrollados.
Todo eso hacía que de no haber una reforma, cada vez era necesario transferir más recursos para agrandar las jubilaciones; se mantiene la curva, va a haber más pasivos y menos activos. Entonces, eso era una alerta muy grande.
Por otra parte, también el hecho de tener que destinar más recursos al sistema previsional hace que se disponga de menos recursos para atender otras necesidades como puede ser la pobreza que está alojada en la primera infancia y adolescencia que en los sectores de mayor edad.
¿Qué inequidades le van al sistema hoy en día?
También, el sistema actual tiene inequidades: Hay distintos regímenes según la caja y demás, y esta reforma apunta a unificar el tiempo. Mantiene el régimen mixto de aporte solidario, incluso lo extiende un poco, pero también ahorro individual. Plantea una transición progresiva, va a entrar a regir para los nacidos en 1973. Es decir, dentro de 10 años, tienen un suplemento solidario para las jubilaciones más bajas. En fin, en términos generales, nosotros entendemos que es una reforma que va en la dirección correcta.
El sector empresarial fue uno de los que conformó la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) reglamentada por la Ley de Urgente Consideración (LUC). ¿De aquel diagnóstico elaborado por la CESS a esta Ley aprobada recientemente hay muchas diferencias?
Es una pregunta que no sé si puedo contestar porque no tengo tanto el detalle del diagnóstico presente. En líneas generales, creo que va de acuerdo con el diagnóstico, pero puede haber alguna cosa que se me escape.
En julio del año pasado su antecesor, Juan Martínez, indicó al suplemento digital E&N de Diario La R que hacía una buena lectura del borrador elaborado por la CESS. ¿Usted coincide con ello?
Sí, coincido. Indudablemente, la reforma aprobada tiene algunas modificaciones que fueron públicas. Primero, algunas que fueron en el proceso parlamentario y sobre el final algunas que plantearon socios de la coalición, primero Cabildo Abierto y después el Partido Colorado.
Es decir, el texto finalmente aprobado no es el mismo con el que se inició el proceso, pero en los principios fundamentales entendemos que el espíritu se mantiene y que es una reforma que valoramos positivamente.
Desde el 27 de abril el proyecto es Ley. Una vez aprobado y reglamentado: ¿De qué manera afectará a las empresas?
Creo que una de las cosas importantes es que nosotros siempre supimos que el sector empresarial no estaba en condiciones de tener un aumento de impuestos. Esta reforma no lo planteó, por lo tanto, en ese sentido estamos conformes. Entendemos que eso se cuidó y se respetó.
El impacto en el sector empresarial va a venir a futuro por el lado de la mayor permanencia en los puestos de trabajo de los trabajadores porque se aumenta la edad de retiro. Ese sería el único que podría tener y eso va empezar a correr dentro de unos 10 años.
En el acto por el Día Internacional de los Trabajadores organizado por la central sindical, su presidente, Marcelo Abdala, planteó la posibilidad de disminuir dos horas la jornada laboral sin afectar el salario. ¿Ustedes lo ven viable?
Reducir la jornada laboral sin afectar el salario es una aspiración muy atractiva pero es inviable. El sistema productivo no está en condiciones de hacerlo. En definitiva, eso sería un aumento de costos significativo.
Tampoco estamos de acuerdo con una medida de tipo general de reducir la jornada laboral a rajatabla en todos los sectores de actividad. Puede ser de recibo analizarla en alguno en particular. De hecho hay sectores que ya han tenido reducción en la jornada laboral, el caso bien claro es el de la construcción que hace más de 10 años redujo las 48 horas semanales a 44, además de otros sectores que también lo han hecho. En algún caso particular se puede analizar. No lo vemos oportuno y como viable para todo el sistema en general.
¿Podemos decir que desde la CCE tienen las puertas abiertas para un diálogo?
Las puertas abiertas al diálogo están siempre, pero cuando nos piden opinión sobre la propuesta, nos expresamos. Como te decía, puede ser para algún sector en particular, pero no lo vemos como algo para toda la actividad, porque además nos parece que una de las prioridades que tenemos en el sistema productivo es justamente la mejora y el aumento de productividad, porque eso va de la mano del crecimiento económico y del desarrollo económico y social. Este planteo, a priori, no va en esa dirección. Entonces, nos parece que sea para el Uruguay de hoy.
¿Cree que es posible replicar el proyecto que hubo en Chile hace unos años referido a este tema?
Conozco por arriba el proyecto que se aprobó en Chile, que reduce la jornada de 44 a 40 en un plazo de 5 años, pero no sé bien cuál es la realidad chilena en los sectores de actividad y si las 44 horas era una cosa general o no, en fin.
LA CLAVE:
“En Uruguay, en muchos sectores de actividad que hacen 48 horas semanales tienen el sábado redistribuido de lunes a viernes, por lo tanto, hay dos jornadas de descanso completas que son durante el fin de semana. No nos parece que sea bueno la soluciones globales y uniformes. Nos parece que es bueno analizar por cada sector de actividad”
Diego O’Neill – Presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales (CCE)