El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha destacado la importancia de la operación militar israelí lanzada este lunes sobre el campamento de refugiados de Yenín, en Cisjordania, que se ha saldado con la muerte de al menos ocho palestinos, más de 80 heridos y 70 detenidos. «Yenín se había convertido en los últimos meses en un refugio seguro para el terrorismo. Le hemos puesto fin», ha declarado Netanyahu. «Nuestras fuerzas han entrado en Yenín para enfrentarse a los terroristas, han eliminado a los terroristas, detenido a individuos buscados, han destruido centros de mando y se han incautado de una importante cantidad de armas», ha relatado, según recoge la prensa israelí.
«Han destruido laboratorios que tenían unas dimensiones casi industriales. En estos laboratorios fabricaban explosivos, explosivos para matar y asesinar a civiles israelíes», ha añadido.
Netanyahu ha destacado que toda la operación se ha desarrollado en «una de las zonas más densamente pobladas del planeta y se ha hecho con daños mínimos para los civiles y sin causar daño a personas que no estuvieran involucradas. Esa era la orden: garantizar la seguridad de nuestras fuerzas y evitar, en la medida de lo posible, daños a gente inocente», ha explicado.
«Lo hemos hecho hoy en Yenín con una combinación de medios, con la sorpersa, aprovechando nuestra potencia y cambiando las reglas. Además agrega capacidad de disuasión al Estado de Israel tanto para protegernos contra futuros atentados terroristas y cambiar la ecuación en la región», ha argumentado tras una reunión con el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y los máximos responsables de las Fuerzas Armadas y del Shin Bet, los servicios secretos israelíes para el interior y los territorios ocupados.